Titular de una edición extra del periódico "Revolución" |
En
Cuba hay problemas en todas las áreas, y no se resuelven porque desde arriba,
el que manda, toma decisiones en base a las ideas y a premisas que no sólo no representan
la solución ningún problema, sino que los empeoran y hacen más difícil su
solución.
La
primera prioridad del castrismo, ha sido y es conservar el poder. Para eso se escribió
la constitución, para eso se han hecho las leyes y para eso se han establecido políticas.
Nada que se piense que puede poner en riesgo su poder, puede ser tomado en cuenta
como solución.
Por
eso no se hacen cambios importantes y, de hecho, Cuba sigue congelada a
pesar que el deshielo lleva ya casi 30 meses. Por eso no se avanza y por eso, cada
día que pasa, el pueblo está más descontento con el gobierno, aunque no pueda
expresarlo libremente. Al pueblo le molesta que el gobierno no le dé solución a
sus problemas.
El
gobierno cubano lleva 58 años diciendo que está construyendo eso que el
castrismo llama incorrectamente “el socialismo”. Y no lo acaba de construir y según
la propaganda oficial, la culpa es de todos menos del propio gobierno.
Le
echan la culpa a los norteamericanos y su presión hacia Cuba, a los
imperialistas que buscan solo su beneficio, al casi inexistente embargo al que erróneamente
llaman “bloqueo”. En fin, la culpa la tiene el Totí. El gobierno no es culpable
de nada, sino la víctima. Llevamos 58 años con ese cuento, y lo peor es que
muchas personas creen que eso es verdad.
Y
no solo lo creen personas que apoyan al gobierno, hay muchas personas que están
en contra, y también lo creen. Y eso no solo lo creen personas que están en
Cuba, hay muchos cubanos que viven fuera de Cuba y que también creen que eso es
verdad. Pero eso es una falacia, una mentira que ha sido repetida tantas veces
que muchos creen que es verdad.
Que
entiendan todos los que creen eso, tanto en Cuba como fuera de Cuba, que el
único culpable de todas las fallas, las carencias, la pobreza y el bajo nivel
de vida del pueblo cubano y por supuesto de la falta de libertad y las
violaciones a los Derechos Humanos es el gobierno castrista, que no toma las
medidas que debe tomar por miedo a perder el poder.
Para
el castrismo, lo más importante es conservar el poder, aunque no se resuelvan
los problemas. Y pasa con el castrismo en Cuba y pasa con el chavismo en
Venezuela. El gobierno prefiere conservar el poder y usar la represión contra
los que protestan y quieren un cambio. La represión es lo único que les funciona
bien.
La
falta de producción no es culpa de que los dueños de fábricas no quieran
producir sino de que no tienen acceso a las materias primas necesarias. Expropiar
las fábricas nunca fue una solución al problema, sino una medida absurda del gobierno
para echarle la culpa a los industriales. Tan lógico, como que los industriales
viven de las ganancias que generan al vender lo que producen, y si no producen
se hacen daño a sí mismos.
La
falta de materias primas no es culpa de los norteamericanos ni de ningún
embargo. En Venezuela no hay embargo y hay una gigantesca escasez de materias
primas. La falta de materias primas se debe a que el gobierno, que controla el
sistema bancario, no proporciona las divisas necesarias para comprarlas y
pagarle a los proveedores.
Para
las materias primas nacionales el problema es similar. Faltan insumos que se
importan, y la solución no es tampoco expropiar a esas empresas sino darles
acceso a la compra de insumos.
Pero
el problema es que no hay divisas para comprar materias primas, y no hay
divisas porque no se tiene una economía autosustentable, sino una economía que
vive a base de subsidios, o sea que opera con déficit, y cuando falta un
tercero que nos ayude dándonos los dólares que nos faltan para eliminar el déficit,
se cae en una crisis.
Por
eso hubo crisis en Cuba cuando se acabaron los generosos subsidios de la
desaparecida Unión Soviética, y surge una nueva crisis cuando se acaban los
generosos subsidios que nos daba Venezuela. La revolución ha vivido de la
caridad de otros países porque nunca ha sido capaz de producir lo necesario
para no estar en déficit, y eso, a pesar de los sueldos miserables que ganan
los cubanos.
Y
en Venezuela, la falta de planeación y de una buena administración, provocó que,
al caer el precio del petróleo, el país se quedó sin recursos para nada. Pero
tampoco se le puede echar la culpa al precio del petróleo y la prueba está en
que ningún otro de los países exportadores de petróleo, cayó en una crisis como
la venezolana.
El
problema está en la ineficiencia y mala administración del castrismo y del
chavismo. No le echen la culpa al Totí. Miren a Raúl Castro y a Nicolás Maduro.
Su solución ha sido limitar las empresas privadas y aumentar la represión, pero
eso en vez de resolver nada, solo ha aumentado el problema.
Y
sobre el embargo norteamericano a Cuba, siempre ha sido poco más que un mito
que Cuba ha usado para justificar su fracaso. A pesar del embargo, Cuba podía
comprar muchísimas cosas en Estados Unidos y de hecho Estados Unidos ha sido uno
de los principales proveedores de Cuba.
Pero
Estados Unidos no es el único proveedor de esas materias primas y bienes de
consumo. Cuba siempre pudo comprar en México, en Colombia, en Argentina, en
Brasil, en España, en Francia, en Alemania, en Japón, en Corea, etc. En pocas
palabras, en cualquier lugar del mundo. El problema era que no tenía dinero y
no le daban crédito porque no pagaba sus deudas y su capacidad de compra era
limitada.
Por
eso en los hoteles y en las tiendas para extranjeros nunca faltó nada y solo
era el pueblo cubano el que sufría carencias, escasez de bienes y bajo nivel de
vida. Cubrir las necesidades del pueblo nunca fue una prioridad para el
castrismo, como tampoco lo ha sido para el chavismo.
Espero
que aquellos que, al leer mi artículo de ayer, hayan sugerido que yo desconocía
el impacto del embargo en Cuba, ahora les quede bien claro.
A
pesar del embargo y de todo lo que quieran, la culpa nunca fue del Totí sino del
ineficiente sistema castrista y su ambición de poder.
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