Felicidades a todas las mamás. |
Todos
celebramos de alguna forma el día de las madres, pero pocos saben cómo se originó
esta celebración. Para ello tenemos que remontarnos a la antigua Grecia donde se
honraba a Rhea, la madre de los Dioses Zeus, Poseidón y Hades.
Los
católicos romanos, escogieron el 8 de diciembre, fecha en que se celebra la inmaculada
concepción, para honrar a las madres, mientras en Inglaterra, a mediados del siglo
XVII, escogieron un domingo de marzo que denominaron “Domingo de las Madres”
donde se festejaba a las madres. Las que trabajaban, normalmente se les daba
ese día como libre.
En
1870, Julia Ward Howe, poeta y activista norteamericana y autora del “Himno de
Batalla de la República” (The Battle Hymn of the Republic), escribió la “Proclamación
del Día de la Madre” y por un par de años intentó celebrar un congreso para
implantarlo.
El
12 de mayo de 1873, mujeres de 18 estados realizaron una reunión especial por
el día de las madres, pero la celebración todavía no echaba raíces. El 12 de mayo
de 1907, La activista Ana Jarvis decidió dedicarlo a celebrar para conmemorar
el fallecimiento de su madre y quiso que en esa fecha se honrara no sólo a su
madre, sino a todas las madres del país.
Su
campaña se fue extendiendo poco a poco por todo Estados Unidos, hasta que
finalmente, en el año 1914, el presidente Woodrow Wilson declaró que cada año,
el segundo domingo de mayo, se celebraría el “Día de las Madres. Esa festividad
se sigue celebrando hasta nuestros días, no sólo en Estados Unidos, sino casi
el mundo entero, aunque no todos lo celebran en la misma fecha.
Pero
el segundo domingo de mayo, es la fecha más común para celebrarlo. En ese día
31 países conmemoran el “Día de las Madres”. Otras fechas comunes son el primer
domingo de mayo o el 10 de mayo que es cuando se celebra en México y otros
países de Centroamérica.
En
Cuba, la celebración del Día de las Madres fue promovida en Santiago de las
Vegas cuando a proposición de Francisco Montoto se celebra en 1920, hay
evidencias de que un año antes, el Dr. Eduardo Queral lo celebró en Puerto
Padre. Pero es a propuesta del periodista Víctor Muñoz, realizada el 22 de
abril de 1921, que el ayuntamiento de La Habana la aprueba y le da carácter
oficial a la celebración de la fecha que a partir de 1928 se extiende a todo el
país.
Así,
desde entonces, el segundo domingo de mayo se celebra en toda Cuba el día de
las madres. Una costumbre cubana era portar ese día una flor, que normalmente era
un clavel. Los cubanos que tenían el placer de que su madre viviera, portaban
un clavel rojo, mientras aquellos cuya madre ya había fallecido, portaban un
clavel blanco.
La
fecha ha quedado establecida en el mundo entero como un día muy especial,
independientemente del día que se celebre, y en muchos países es una de las
festividades más importantes del año.
Para
los cubanos, el día de las madres es un día agridulce, por la división familiar
que sufrimos y que impide a muchos hijos reunirse con sus madres, aunque hoy en
día, las comunicaciones y las redes sociales ayudan a borrar las distancias al
menos virtualmente.
Hoy,
yo quiero aprovechar esta columna, para felicitar y desear lo mejor a todas las
mamás, sean del país que sean: norteamericanas, españolas, mexicanas, centroamericanas,
venezolanas, colombianas, de donde sean. Para todas, sean de donde sean, un
Feliz día de las madres.
Y
a las madres cubanas mi mensaje especial en este día, con mis mejores deseos de
que a pesar de todo lo que vivimos los cubanos, puedan hablar con sus hijos, y
recibir de ellos una expresión de cariño y respeto. Feliz día de las madres a
todas las madres cubanas.
Y
una mención especial para las mamás en mi familia. Recuerdo a mi madre que
falleció hace años. A Soly, la madre de mis tres hijos, le deseo un muy Feliz día
de las Madres y gracias por haberme hecho padre tres veces. Y a mis hijas Soly
María y Ana Laura y a mi nuera Verónica, un pensamiento especial por ser tan
extraordinarias madres, y haberme hecho abuelo siete veces. Muchas Felicidades
en este día de las madres para ustedes.
Ser
padre y abuelo es una de las satisfacciones más grandes de mi vida, y se lo
debo a ellas.
Gracias,
muchas gracias.
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