La necesaria unidad de todos los cubanos |
Los
cubanos llevamos dando ejemplo de desunión, y a veces actuamos como si nosotros
mismos fuéramos enemigos los unos de los otros. Muchas veces criticamos más lo
que tratan de hacer algunos opositores que el propio gobierno castrista.
Hay
opositores que se manifiestan marchando o tratando de marchar todos los
domingos. Es la llamada campaña #TodosMarchamos. Esa campaña no obliga a
marchar a nadie, pero los que quieren pueden hacerlo en muchas partes. Pero hay
cubanos que la critican, que dicen que son masoquistas y añaden ¿para qué lo
hacen si no van a lograr nada?
Otros
critican a Alternativa Cuba 2018, a Candidatos por el Cambio, a la MUAD y a la
campaña #Otro18 porque intentan presentar candidatos opositores a las elecciones
de circunscripción de 2018. Les llaman ilusos, les dicen que no van a lograr
nada y que están ayudando a legitimar el régimen castrista.
Por
supuesto, otros critican a “Cuba Decide” y la campaña de Rosa María Payá para
lograr que en Cuba se celebre un plebiscito que permita a los cubanos elegir qué
tipo de gobierno quieren y siente las bases para una transición. Le dicen que
de dónde saca tanto dinero para viajar y que jamás va a lograr nada de los
castristas. Ignoran que sus viajes son costeados por organizaciones
internacionales que están apoyando su esfuerzo por Cuba.
Otros
han criticado a “Cocó” Fariñas cuando se ha declarado en huelga de hambre y
otros a José Daniel Ferrer y la UNPACU. Eliécer Ávila de Somos+ y Manuel Cuesta
Morúa también han recibido críticas, al igual que muchos otros cuya lista sería
interminable.
Las críticas a los grupos opositores que han surgido en los
últimos años en Cuba, y normalmente liderados por jóvenes que crecieron y se
educaron bajo el castrismo han sido muchas. Los acusan de ser agentes del
gobierno y a otros también les echan en cara sus viajes, que también son
costeados por organizaciones internacionales o por aportaciones de sus propios miembros.
Aparte,
son grupos que luchan dentro de Cuba, cuyos miembros son constantemente detenidos,
les confiscan sus bienes, a veces son encarcelados o son encausados por delitos
fabricados. Algunos han sido condenados a penas de cárcel, pero eso no impide
las críticas hacia ellos, como si actuaran a nombre del propio gobierno
castrista.
Cuando
se hace una campaña a favor de alguna causa, enseguida saltan voces que se
oponen como aquellos que se opusieron a enviar ayuda a los cubanos víctimas del
Huracán Mathew, a pesar de que el gobierno cubano no permitió hacerlo. Pero
muchos se opusieron como si fueran voceros del gobierno castrista.
Y
en un caso reciente, está la campaña para lograr una Beca en FIU para Karla
María Pérez González quien fue expulsada de la Universidad por pertenecer a un movimiento opositor y fue sometida a una
campaña mediática en su contra. El exilio organizó la campaña #TodosSomosKarla.
Afortunadamente, hoy Karla María se encuentra ya en Costa Rica, pero quiero
compartir comentarios que recibí durante la campaña.
Algunos
me escribieron ¿Por qué le van a dar una beca a ella si mis hijos tienen que
sacar un préstamo? y otros hicieron comentarios tan destructivos como “Que se
Joda”, el cual no lo hubiera podido emitir mejor el más brillante agente
castrista. No se entiende que buscar una Beca para Karla no era una ayuda
económica, sino ganar un enfrentamiento contra el gobierno castrista que le quería
impedir estudiar, y que afortunadamente se logró.
Entendamos
de que expulsar a alguien de la Universidad por no ser comunista y pertenecer a
un movimiento opositor es también represión y todavía mucho peor si la acción
se ejerce contra una inteligente jovencita de solo 18 años de edad. Karla María
podría ser hermana, hija o nieta de cualquiera de nosotros. Por eso me
congratulo de que esté en Costa Rica.
Podríamos
citar otros ejemplos, y quiero aclarar: No se trata de que todos pensemos
igual. Eso solo se da en los regímenes totalitarios como el castrista. En los
regímenes democráticos, la discrepancia es lo común, y en una Cuba libre y
democrática deberá haber amplios espacios para discrepar, y hacer valer
nuestras divergencias en unas elecciones libres, democráticas y
pluripartidistas.
Pero
los cubanos hoy estamos en una guerra pacífica contra el castrismo. Y le llamo
pacífica porque la opción de usar la fuerza no es posible para nosotros, aunque
sí para el castrismo. Nosotros tenemos que descartarla, y utilizar todos los
medios de lucha pacífica que encontremos. A la fuerza, siempre perderemos. En
paz, siempre existe una pequeña esperanza.
Aunque
no estemos de acuerdo, debemos entender que es una lucha de todos y respetar la
unidad del objetivo final: La libertad de Cuba. Por eso, en ese espíritu de
unidad debemos respetar a todos los que se opongan al régimen, debemos apoyar a
todos los que sufren golpes, prisión, confiscaciones o acciones represivas por
parte del régimen.
No
critiquemos a nadie que se oponga al régimen, aunque tenga nuestra simpatía. Dejemos
que eso lo hagan los castristas. Apoyemos a todos los que podamos apoyar,
porque la libertad de Cuba requiere de la sinergia de todos los cubanos y de la
solidaridad y apoyo de los países amigos del mundo libre.
Firmemos todo lo que
podamos firmar. Ayudemos
como podamos todos los esfuerzos, sea buscar que el gobierno acepte un
plebiscito, sea tratar de competir desfavorablemente en unas elecciones, sea
una petición de una Beca, sea lo que sea. Aparte sigamos nuestra propia lucha
porque cada cubano debe hacer algo por su país.
Sí,
todos debemos hacer algo por Cuba, esa hermosa isla donde nacimos, o donde
nacieron nuestros padres. Ese país que no podemos sacar de nuestro corazón. Ese
país que vive y vivirá siempre en nosotros.
Y
para los no cubanos que me leen, es importante apoyar al pueblo cubano como nosotros
los cubanos también debemos apoyar las causas justas de otros países. El
castrismo no solo aplastó la libertad en Cuba, no solo ha colaborado para
aplastarla en Venezuela, sino que busca aplastarla en el mundo entero.
Invito
a todos mis compatriotas a intentar unirnos en la diversidad. Ese es un reto
que debemos vencer si deseamos tener una oportunidad de ver a nuestra Cuba libre y soberana como la soñó Martí.
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