lunes, 29 de mayo de 2017

Nuestro “Memorial Day”: Honor a los cubanos caídos.

Celebrar la vida de los cubanos caídos
Las costumbres cambian con el tiempo y las influencias culturales se mezclan. Ninguna cultura está exenta de esto. Antes, al morir una persona, lo normal era el luto riguroso. Se lloraba al desaparecido, se vestía de negro y era imperativo llorar la pérdida.

Hoy día, la costumbre ha ido cambiando, y en vez de llorar la muerte, se celebra la vida y se recuerda el impacto que la persona muerta tuvo en la vida de otras personas. En el funeral, amigos y familiares hablan de lo bueno que dio la persona en su vida, aunque en el fondo subsista la tristeza.

En Cuba, siguiendo la costumbre tradicional, teníamos el 7 de diciembre, aniversario de la muerte de Antonio Maceo, como día de “Luto Nacional”, no solo por Maceo sino por todos los caídos en nuestra lucha de independencia de la España colonial.

Pero cuba no es libre, y después de que obtuvimos nuestra independencia condicionada el 20 de mayo de 1902, nos ha costado trabajo ser libres. Perdimos nuestra libertad ante el comunismo y muchos cubanos han caído en luchas fratricidas o ejecutados por la tiranía represiva. A ellos también tenemos que recordarlos y celebrar su vida.

Un país es verdaderamente independiente cuando a sus ciudadanos se les respetan sus derechos básicos, incluyendo por supuesto los derechos humanos, pueden expresarse libremente sin temor a sufrir persecución o represalias, tienen acceso a toda la información existente de manera libre y sin filtros ni censuras, pueden tomar sus decisiones sin exponerse a tener problemas y pueden dedicarse a cualquier actividad remunerativa lícita sin prohibiciones absurdas por parte del gobierno.

También se requiere que puedan organizarse pacíficamente, tanto social como políticamente, y hacerlo de manera plural sin que el gobierno limite las opciones. Deben vivir bajo un sistema legal donde exista una verdadera división de poderes, y tienen el derecho de retar pacíficamente al gobierno de cualquier manera, incluyendo ser electos por el pueblo en elecciones libres y secretas y así, aspirar a ganar el poder.

Si no se dan esas condiciones, un pueblo no es libre e independiente. 

Los cubanos no lo fuimos en la época colonial y tuvimos que enfrentarnos de muchas formas al imperio español. Tampoco lo hemos sido bajo la tiranía castrista contra la cual hemos también tenido que enfrentarnos de muchas maneras según se haya podido. Lo hemos hecho en protestas formales, por vía militar, mediante alzamientos y mediante todo tipo de resistencia pacífica incluyendo el tratar de manifestarnos, de divulgar públicamente los atropellos que se suceden a diario e incluso tratando de utilizar algunos derechos que la propia constitución castrista permite.

Pero la fuerza represiva, la intolerancia del castrismo y la ausencia de una ayuda real y efectiva por parte de los países del llamado mundo libre ha hecho fracasar todos nuestros intentos para volver a ser libres e independientes.

Durante la lucha para lograr independizarnos del imperio español, al igual que en las casi seis décadas de lucha para eliminar la opresión castrista y volver a ser libres e independiente, muchos cubanos han caído y siguen cayendo. Han caído en enfrentamientos formales, en luchas fratricidas, mediante juicios que no respetan un debido proceso que han condenado a muerte a miles de cubanos y mediante ejecuciones extrajudiciales realizadas por todas las áreas del gobierno encargadas de controlar y reprimir a la sociedad.

En casi todas las familias, alguien ha perdido un hijo o hija, un padre o una madre, un tío o una tía, un primo o una prima, otros familiares cercanos y desde luego a amigos, compañeros de trabajo y compañeros de lucha. Miles de cubanos han muerto asesinados o ejecutados aparte de los muchos que han sufrido y sufren penas de prisión, muchas veces en condiciones infrahumanas.

Hoy que Estados Unidos celebra el “Día de la Recordación” o “Memorial Day”, aparte de recordar a los norteamericanos caídos para lograr tener las libertades que se gozan en ese país, yo los invito a recordar y celebrar la vida de los cubanos caídos, tanto en las luchas norteamericanas, como tratando de lograr para Cuba las libertades esenciales que todo cubano tiene derecho a gozar en su país.

Imposible mencionarlos a todos por su nombre, porque son muchos, demasiados. Se habla de Maceo y de Martí, pero hay muchos, muchos más, demasiados hombres y mujeres cuya vida fue un ejemplo de sacrificio, de lucha, de entrega y que son un modelo de vida digna y ejemplar. Incluso si discrepamos ideológicamente de ellos, tenemos que reconocer que dar su vida voluntaria o involuntariamente por su país, los hace especiales.

No puedo dejar de pensar en mis amigos venezolanos, que pasan por circunstancias similares. Para ellos mi simpatía y mi empatía.

Cuando hablo de cubanos ejemplares, sin duda mi amiga Rosa María Payá, estará pensando en su padre Oswaldo Payá Sardiñas y no podrá evitar que una lágrima ruede por su mejilla. A mí me sucedió lo mismo, pero celebro la vida de ese hombre que fue ejemplo de lucha y constancia tratando de lograr su ideal de libertad e independencia para su país. Payá fue un hombre admirable a quien reconozco y aplaudo, y que nunca será olvidado.

Pero en Cuba hay muchos como Payá que dieron su vida por la Cuba que todos queremos. Sus familias les recordarán y en la mayoría de los casos también habrá lágrimas. Comparto su pérdida, pero celebro y aplaudo la vida de esos hombres y mujeres que cayeron o fueron ejecutados luchando por un ideal de libertad. Nunca serán olvidados.

Y mi columna no estaría completa sin mirar a mi propia familia, para recordar y celebrar la vida de un tío segundo a quien quise mucho. Hablo de mi tío “Bebo”, Juan Carlos Álvarez Aballí, esposo de mi tía Anita Maristany y padre de mis primos Juan Carlos, Gloria, Magdalena y Ana María con quienes compartí tantos domingos. Bebo fue para mí un hombre extraordinario, sonriente, jovial, trabajador, buen padre y que, en enero de 1961, después de un juicio exprés, fue fusilado en la Cabaña. Recuerdo a Bebo, a mi tía Anita y a mis primas, y celebro su vida. Después de su desaparición, la familia nunca volvió a ser igual.

Todos tenemos a alguien a quien recordar y celebrar porque a pesar de lo difícil de llevar una contabilidad precisa, se calculan entre 5,000 y 8,000 fusilados, casi 2,000 ejecutados extrajudicialmente, 30,000 o 40,000 desaparecidos tratando de escapar de Cuba para buscar una vida mejor y entre 20,000 y 30,000 presos políticos, o sea, personas que no cometieron delito, pero pasaron de unos días a muchos años en las prisiones castristas. 

Muchos siguen siendo detenidos hoy.

Honor a los cubanos caídos. Hoy que Estados Unidos celebra su festividad de “Memorial Day”, celebremos la vida y también recordemos con honor a los cubanos caídos.

Ojalá y el mundo despierte y nos ayude a que este infierno termine pronto.

domingo, 21 de mayo de 2017

Izquierda, Derecha, Socialismo y otros términos que confunden.

La "izquierda" y la "derecha" siempre se juntan en el centro.
Continuamente veo discusiones entre cubanos, que acusan a otros de ser de izquierda o izquierdistas y los estigmatizan por ello. Y a otros los acusan por ser de derecha o de extrema derecha. El tema nos afecta fundamentalmente a los cubanos por el uso que el castrismo hace de esos términos para confundir.

Por eso quiero repasar un poco esos términos y comenzaré con explicar cómo surgió el término ser de izquierda o de derecha. Pero antes, entendamos que cuando uno está a la derecha o a la izquierda, se debe entender que existe un centro absoluto, que debe ser el mismo para todos.

En un artículo que publiqué en el Blog de Yusnaby el 2 de noviembre de 2015 y que bauticé “¿Eres Girondino o Jacobino?” explicaba que el uso del término "izquierda" y "derecha" se originó en 1791 en la Asamblea Legislativa Francesa, donde estaban representados dos grupos políticos rivales: Los Girondinos y los Jacobinos.

En las deliberaciones de la asamblea los Girondinos se sentaban a la derecha y los Jacobinos a la izquierda. Y es ahí es donde se origina el término, simplemente por el lugar donde se sentaban, a la derecha o a la izquierda de la asamblea. En la asamblea, el centro estaba bien definido y la derecha y la izquierda siempre se juntan en el centro.

Pero se ha seguido utilizando el término izquierdista y derechista de una manera ideológica y no absoluta y a veces hasta absurda identificando a los izquierdistas como marxistas y comunistas y a los derechistas como capitalistas lo cual no es correcto.  
Por ejemplo, muchos acusaban al ex presidente Obama de izquierdista. Pero, ¿a la izquierda de quién o de qué? Empleando los criterios que usaban, Obama sin duda hubiera estado a la izquierda del senador Marco Rubio, pero sin duda hubiera estado a la derecha de la canciller alemana Ángela Merkel.
A nadie se le ha ocurrido acusar a Ángela Merkel, política Demócrata Cristiana de la CDU alemana, de ser comunista. Entonces porqué se acusó a Obama de ser marxista si está “a la derecha de Merkel”. Y de la misma forma como se clasificaba a Obama, se clasifica a cualquier persona y hasta a partidos políticos completos.
Y muchísimas personas confunden el término “ser socialista” y lo ven como sinónimo de "ser marxista" o "ser comunista" lo que es totalmente incorrecto. El gobierno cubano, dice que su revolución es socialista pero no lo es. La revolución cubana es marxista, comunista y fundamentalmente castrista.
Y los chavistas venezolanos definen su sistema como el "Socialismo del Siglo XXI", pero no es ningún socialismo tampoco. Los sistemas actuales cubano y venezolano son dictaduras totalitarias muy represivas que de socialismo no tienen nada y de marxistas y comunistas tienen mucho.
En los países de Europa existen partidos socialistas que difieren entre sí, pero tienen un común denominador: Son democráticos, participan en elecciones libres con voto secreto, creen en el pluripartidismo, en la división de poderes, se oponen a la lucha de clases y son defensores de los derechos humanos.
En todo eso, los socialistas coinciden con los no socialistas. Y voy más. En España (y en muchos otros países) a ningún político del Partido Popular se le ocurriría cuestionar el derecho a la “Salud Universal”, como tampoco se les ocurriría acusar a Mariano Rajoy de ser izquierdista, socialista y mucho menos de comunista o marxista.
Lo mismo sucede en toda Europa donde el derecho a la Salud Universal es algo que se da por sentado. Los habitantes de la mayoría de los países de América y de Asia tienen acceso a la Salud Universal, y esos países no son socialistas ni mucho menos marxistas. Pero aquí en Estados Unidos, a cualquiera que defendía el derecho a la Salud, y que normalmente se identificaba con el partido demócrata, se le acusaba de izquierdista, marxista y comunista.
Sin embargo, el día de hoy, la mayoría de los republicanos están de acuerdo que debe haber un sistema nacional de salud. Si antes hablaban de derogar el llamado “Obamacare”, ahora hablan de “derogarlo y reemplazarlo” con una ley que todavía no se consigue estructurar, y que, aunque fue aprobada en el congreso, seguramente tendrá numerosos cambios de fondo en el senado y tendrá que regresar nuevamente al congreso.
Pero los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras, y a nadie se le ha ocurrido acusarlos de Izquierdistas y mucho menos de marxistas o comunistas. Entonces ¿Qué cambió en los últimos ocho años que una ley de salud que querían derogar, ahora la mayoría la ve como una ley conveniente y necesaria y desean reemplazada por otra que corrija sus defectos?
Esto es muy fácil de explicar. El centro no es absoluto, y en el caso norteamericano, se movió hacia la izquierda y algunos conceptos que antes se consideraban “izquierdistas” ahora están en el centro o incluso a la derecha.
Por eso usar el término izquierdista o socialista de manera derogatoria es incorrecto. Y voy a darles otro ejemplo: Recientemente en casi todo el mundo, el 1ro. de mayo, se festejó el día internacional del trabajo, pero no en Estados Unidos donde no se recuerda a los mártires de Chicago.
Me tocó leer a algunos que decían como se no entendían por qué celebran el 1ro. de mayo si es una festividad comunista. Pero el 1ro. de mayo dista mucho de ser una festividad comunista aunque los comunistas también la festejen. La mayoría no sabe qué era lo que solicitaban y que lograron los mártires de Chicago. Se los diré: Luchaban por la jornada laboral máxima de 8 horas de la que todos disfrutamos hoy en día.
¿Es eso izquierdista o comunista?
Muchos cubanos admiramos y defendemos la Constitución de 1940. Pero, ¿sabían ustedes que muchos de los conceptos incluidos en la misma tienen raíces Socialdemócratas?
Por eso debemos dejar de encasillar a la gente y a sus ideas y ponerles etiquetas para denigrarlas. Las etiquetas de izquierdista, derechista y socialista no quieren decir nada en un país libre. Los que creemos en la democracia creemos que los políticos y los partidos pueden adoptar las posiciones políticas que deseen, siempre y cuando respeten el juego democrático y los derechos humanos. El pueblo decidirá con su voto.

La democracia y el respeto a los derechos humanos permite que existan discrepancias, diferencias y libertad, y eso no sólo no es malo, sino que es lo que deseamos para Cuba.

viernes, 19 de mayo de 2017

20 de mayo de 1902: El día que Cuba fue independiente y sus antecedentes


20 de Mayo de 1902. La bandera cubana ondea por primera vez.
Este 20 de mayo conmemoramos 115 años del día en que Cuba logró su independencia. Una independencia condicionada, pero finalmente independencia. Por eso he escrito este artículo, basándome en otro que escribí hace un año en el Blog del Movimiento Político Somos+.

Nos costó mucho trabajo lograr nuestra independencia. En primer lugar, porque siendo Cuba una isla le permitía a España mantener una fuerte presencia de buques de su armada, y en segundo lugar porque a medida que los países de América lograban su independencia, las tropas españolas eran trasladadas a Cuba. La densidad de militares españoles en Cuba era totalmente desproporcionada con relación al tamaño y a la población de la Isla.

El primer intento para lograr la independencia, fue el de Narciso López en 1849, pero no logró contar con el apoyo necesario y fue capturado y ejecutado.

El 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes con un grupo de patriotas, se alzó en armas contra el imperio colonial español en el Ingenio “La Demajagua” para lograr la libertad de Cuba. El “Grito de Yara” ubicada hoy en la provincia Granma, marcó el inicio de la llamada “Guerra de los 10 años”. Céspedes abolió la esclavitud, liberó sus esclavos y los invitó a integrarse a la lucha y señaló que la lucha armada era la única vía para lograr la Independencia. 

En 1869, los mambises fueron derrotados en los vados del Cauto, y los españoles se dirigieron a retomar la ciudad de Bayamo. Pero los mambises cubanos no lo permitieron y prefirieron quemar la ciudad, mandando así un mensaje de que estaban dispuestos a llevar su lucha hasta el fin.

Ruinas del Ingenio "La Demajagua"
En 1878, tras diez años sin vencedor ni vencido, se aceptó un armisticio propuesto por el general español Arsenio Martínez-Campos, y se firmó la llamada “Paz del Zanjón” que otorgaba a los cubanos algunas concesiones tales como la formación de partidos políticos no separatistas y cierta libertad de prensa y de reunión.

El “Titán de Bronce”, Antonio Maceo rechazó el Pacto y el 15 de marzo de 1878 se entrevistó con Martínez-Campos en Baraguá rehusando toda negociación que no resultase en la Independencia de Cuba.  Esto se conoce como la “Protesta de Baraguá” y es una de las páginas más dignas de nuestra Historia.

Maceo se unió a Calixto García, quien redactó un manifiesto de bases y organización, y se inició la llamada “Guerra Chiquita”, que duró desde agosto de 1878 hasta septiembre de 1880 terminando en una derrota para los cubanos.

Entonces el apóstol José Martí se dedicó a organizar a los cubanos, viajando incansablemente y estableciendo con Maceo y Máximo Gómez las bases para el levantamiento que se realizó el 24 de febrero de 1895 en Baire y otras ciudades orientales y que dio origen a la guerra de independencia. Antiguamente se le conocía como “Grito de Baire”, pero posteriormente fue rebautizado como “Grito de Oriente” para tomar en cuenta que la rebelión se había producido en diversas ciudades de la provincia de Oriente.


José Martí. Máximo Gómez y Antonio Maceo, reunidos en un bohío cubano.
Maceo llevó la lucha a las provincias occidentales, logrando atravesar la isla desde Oriente hasta Occidente en lo que se conoce como la “invasión”. Maceo lo logró a pesar de que los españoles habían establecido dos trochas para evitarlo. La primera cubría de Júcaro a Morón y la segunda del Mariel a Majana. Maceo atravesó las trochas y con las provincias occidentales también incorporadas a la lucha, ya toda Cuba estaba en armas.

El 15 de febrero de 1898, el acorazado norteamericano Maine, que estaba de visita en el puerto de La Habana, explotó y se hundió muriendo 274 marinos norteamericanos. Estados Unidos culpó a España por el hundimiento del Maine y le declaró la guerra. Así comienza la llamada “Guerra Hispanoamericana”. Los españoles fueron derrotados en las Filipinas y en Puerto Rico. En Cuba, con la ayuda de los mambises derrotaron rápidamente a las fuerzas españolas y forzaron a salir de la bahía de Santiago a la armada española, donde fue exterminada completamente. Todos los buques españoles fueron hundidos.

Real y triste fue que el gobierno americano se negó a reconocer la ayuda de los mambises y le prohibió al General Calixto García entrar en Santiago de Cuba.

El 10 de diciembre de 1898, con la firma del llamado “Tratado de París” y la cesión de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos, Cuba dejó de ser colonia española y pasó a colonia de Estados Unidos.

Pero el Congreso de Estados Unidos emitió la llamada “Resolución Conjunta“ (Joint Resolution) en la que juntos, Congreso y Senado, declararon, y cito: “Cuba es, y de derecho, debe ser libre e independiente”. 

La administración norteamericana organizó una Asamblea Constituyente y se aprobó la Constitución de 1901, reconociendo los derechos proclamados por la Revolución Francesa y la separación de poderes. El 31 de diciembre de 1901, Cuba votó y eligió al presidente de la nueva república: Don Tomás Estrada Palma.

Don Tomás Estrada Palma, primer presidente de la república de Cuba.
Pero faltaba la ratificación por parte del Congreso y el Senado norteamericanos. Al someterse a votación la ratificación, el 28 de febrero de 1901, varios senadores liderados por el senador Orville H. Platt condicionaron su voto a incluir varias enmiendas y lograron el apoyo del Congreso y del presidente Roosevelt.

Así nació la llamada “Enmienda Platt” que negaba a Cuba el derecho de soberanía sobre la Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud. También obligaba el arrendamiento de tierras para establecer bases norteamericanas y así nace la base de Guantánamo. La enmienda limitaba también la capacidad del gobierno cubano para emitir deuda pública y autorizaba al gobierno norteamericano para intervenir en Cuba si había necesidad.

Los cubanos recibieron las imposiciones con desagrado, pero no había alternativa. O se aceptaban o no había independencia. Los cubanos tuvieron que ceder y la “Enmienda Platt” se incluyó como un apéndice a la Constitución de 1901.

Vencido este último obstáculo, Cuba nace el 20 de mayo de 1902 como nación independiente y Don Tomás Estrada Palma toma posesión como primer presidente. A las doce del día, se arrió la bandera norteamericana que ondeaba en el Morro y por primera vez la bandera cubana, la de la estrella solitaria, ondeó señalando que Cuba era un país independiente.

Deberíamos celebrar con júbilo nuestro día de la independencia, pero en la Cuba castrista la fecha pasará desapercibida pues no es reconocida como día de la independencia. 

Finalmente, en 1925, durante el gobierno de Alfredo Zayas, se firma el “Tratado Hay Quesada”, y Cuba recuperó la soberanía sobre la Isla de Pinos, y el 29 de mayo de 1934, durante el gobierno de Carlos Mendieta, culminaron las gestiones iniciadas por el presidente Ramón Grau San Martín, lográndose la eliminación de la Enmienda Platt.

Así, la independencia iniciada el 20 de mayo de 1902 quedó plenamente consumada con la única excepción de la Base Naval de Guantánamo que continúa en poder de Estados Unidos.

jueves, 18 de mayo de 2017

¿Qué hacer para lograr un cambio en Cuba?

La única solución posible para Cuba.

La señal no puede ser más clara.  Desde el nombramiento del vicealmirante Julio César Gandarilla como Ministro del Interior (MININT), la represión en Cuba se ha incrementado a niveles que no se habían visto en muchos años. Si antes se toleraban algunas pequeñas manifestaciones de oposición, hoy las mismas están proscritas.

Ni reuniones, ni cursos de capacitación, ni ningún tipo de oposición pacífica son permitidos y en muchos casos, se restringe el movimiento de los opositores, no los dejan viajar dentro de Cuba, y en muchos casos tampoco permiten viajar al extranjero. El control totalitario en Cuba se ha vuelto otra vez estaliniano.

Perteneciente al círculo cercano a Raúl Castro, Gandarilla no desea tener el más mínimo problema en 2018, ni con las elecciones ni con el posible relevo de Raúl Castro como presidente de Cuba y está haciendo todo lo contrario de lo que el mundo le pide a Cuba. Tiene su plan y lo está ejecutando de manera sistemática.

Lo que diga el mundo le importa muy poco a Gandarilla como en su momento a Raúl Castro le importó muy poco lo que le dijo Obama cuando le tendió la mano. Las palabras de reconciliación y cambio, le entraron por una oreja y le salieron por la otra. El castrismo no quiere cambiar, el castrismo ni busca ni acepta una transición, el castrismo solo busca conservar el poder total, o sea, llevar el totalitarismo hasta el límite que sea necesario.

Ya están deteniendo a los opositores por la más mínima causa, ya los están acusando de cualquier delito que se les antoje pues no tienen que demostrar la culpabilidad en un juicio. Basta decir que el acusado es culpable para que el Juez lo acepte. Al abogado sólo le queda el recurso de buscar alguna compasión hacia el acusado y tratar de que la sentencia no sea demasiado punitiva.

Y no debe extrañarnos si las sentencias de uno a tres años de cárcel, empiecen a subir a cinco, diez, veinte y treinta años, y aunque en 2007 Cuba decidió no aplicar más la pena de muerte, la decisión puede revertirse y poner a funcionar de nuevo el paredón de fusilamiento. Y se haría sin importar las protestas que hubiera en el mundo. Aparte, siempre tienen el recurso de las ejecuciones extrajudiciales que muchas veces han utilizado.

Desde hace algunos años, Estados Unidos y Europa han mantenido la teoría de que el problema de Cuba es de los cubanos, pero eso es cerrar los ojos ante los crímenes de lesa humanidad que se llevan cometiendo en Cuba por ya casi seis décadas. Cerrar los ojos para no querer ver, equivale a convertirse en cómplice de los crímenes y de las violaciones a los Derechos Humanos.

Si callan y no hacen nada, los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, España, Alemania, Francia, México, Colombia, Argentina, Brasil y cualquier otro, serán culpables de que se extienda el genocidio cubano.

Y todavía más condenable sería que por razones políticas o electorales, los países olviden los compromisos que adquirieron con la protección de los Derechos Humanos cuando firmaron la declaración, porque en ninguna parte, la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que se puede permitir que los mismos sean violados, si así conviene a los intereses de algún país o de algún gobernante.

El nombre lo dice sin dejar lugar a dudas; los Derechos Humanos son Universales y todos los países del mundo tienen la obligación de cumplirlos. En consecuencia, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene una obligación irrenunciable de velar que sean cumplidos y de proteger y ayudar a los pueblos, cuando sus derechos son violados mediante el uso de la fuerza.

Algunos políticos pueden pretender buscar la solución en la diplomacia, pero la falla de la política de apertura de Obama en Cuba, y los intentos de muchos en lograr mediante un diálogo pacífico un cambio en Venezuela, ha demostrado que ni con los castristas ni con los chavistas, ni la diplomacia ni los acuerdos funcionan.

Entonces que van a hacer. Mirar a los pueblos cubano y venezolano y decirles no se pudo, o van a actuar con energía y enfrentar la fuerza con fuerza. Ni Cuba ni Venezuela podrían remotamente resistir una demostración de fuerza de la ONU con la participación de Estados Unidos y Europa.

E insisto. No es necesario un ataque en gran escala ni la muerte de millones. Ni siquiera de Miles. Ni siquiera de cientos. Cuando se haga la demostración de fuerza, y se controle el espacio aéreo, los gobiernos de Cuba y Venezuela sabrán que su única opción es aceptar el cumplimiento de la declaración, y no tendrán otra opción que permitir que los cascos azules intervengan como garantes de una solución total, real y pacífica.

Lo han hecho en el pasado, lo deben hacer ahora y seguramente lo tendrán que volver a hacer en el futuro.

Por eso cambia la estrategia. Ante la fuerza del gobierno castrista y la casi nula fuerza del pueblo y la oposición en Cuba, tenemos que trabajar unidos para lograr que los países cambien su enfoque y planteen la solución a través de la ONU. Involucrar al consejo de seguridad y buscar una condena radical al castrismo, y la aprobación de una resolución de cumplimiento obligatorio que debería ser forzada por la ONU, los países del consejo de seguridad y los cascos azules.

A lo mejor suena iluso, pero hoy por hoy es la única opción que puede llevar a un cambio en Cuba, y el único cambio posible en Cuba es la desaparición total del castrismo y que en una tumba, el castrismo quede enterrado para siempre.

Pero para eso, los cubanos debemos unirnos, acercarnos a los países amigos, a la prensa amiga, a los políticos amigos y buscar su apoyo. Y no solo buscarlo, sino lograrlo. Solo así conseguiremos un cambio para Cuba, porque en este momento y ante el recrudecimiento de la represión, no existe ninguna otra alternativa. No hay otra opción porque los cubanos solos no podemos.

Tenemos que hablar muy claro. El problema de Cuba no es sólo de los cubanos, sino del mundo entero, sobre todo del mundo libre.


Eso es lo que tenemos que lograr, aunque no nos guste.

miércoles, 17 de mayo de 2017

Otro 20 de mayo sin libertad.

Este breve artículo lo publiqué originalmente el 20 de Mayo de 2015 en el Blog de Yusnaby. Lo reproduzco como homenaje a esos patriotas que lucharon por lograr la independencia de Cuba.

20 de Mayo de 1902: Independencia de Cuba
Llega otro 20 de mayo en el que los cubanos deberíamos estar de fiesta celebrando el 113 aniversario de nuestra independencia, pero en vez de que sea así, lo estamos celebrando oprimidos por un régimen marxista que ha eliminado todas las libertades que habíamos conseguido, y que reprime, que golpea, que encarcela y que no permite que los cubanos disfrutemos de los Derechos Humanos que fuimos de los primeros países en suscribir.
En vez de la avanzada Constitución de 1940 que redactó la comisión presidida por Don Carlos Márquez Sterling y que se adelantó a su tiempo en muchos aspectos, hoy vivimos bajo una constitución marxista, donde la mayoría de los derechos que habíamos adquirido han sido eliminados. Pero todavía peor, el mismo gobierno comunista no respeta su constitución y la viola a su conveniencia.

El 20 de mayo de 1902, Cuba logró su independencia, pero hoy 20 de mayo de 2015, Cuba no es libre y su libertad no ha sido suprimida por ninguna potencia extranjera, sino por un grupo de malos cubanos que han impuesto una Tiranía Totalitaria Marxista-Leninista que ya ha durado 56 años si lo medimos desde el 1ro. de enero de 1959.

lunes, 15 de mayo de 2017

¿Por qué la ONU no interviene en los conflictos de Venezuela y Cuba?

Por el respeto a los derechos Humanos en Venezuela y Cuba.
La ONU, fundada en 1945 después de la segunda guerra mundial, tiene como función fundamental facilitar la cooperación internacional en temas relativos a la Paz, Seguridad Internacional, desarrollo económico y social y asuntos humanitarios y de derechos humanos.

La protección de los derechos humanos fue una la razón principal para fundar la ONU. Con el genocidio causado durante la segunda guerra mundial fresco en la mente de todos los países, había consenso de que la ONU debía prevenir tragedias similares en el futuro. Así nace la ONU con un marco jurídico para tomar medidas si los derechos humanos fueran vulnerados.

El Consejo de Seguridad está integrado por 15 países, 5 de los cuales son permanentes y los demás se rotan. Para que la ONU actúe, el Consejo de Seguridad debe aprobar la acción propuesta, pero los 5 miembros permanentes que son China, Francia, la Federación Rusa, Gran Bretaña y Estados Unidos tienen derecho a vetar cualquier decisión adoptada por el Consejo de Seguridad y ese veto no puede ser anulado.

La ONU ha aprobado actuar en diversas ocasiones, siendo las más recientes la de 1989 en Namibia donde se actuó para facilitar la independencia, en 1993 en Ruanda cuando envió 5,500 cascos azules y 175 observadores militares, e impuso un embargo de armas para evitar un genocidio étnico, y en 1992 actuó enérgicamente en Somalia, para acabar con Mohamed Farah Aidid, a quien llamaban el “señor de la guerra”, acusado de causar la muerte de 350,000 somalíes, pero a pesar de un intenso ataque por aire y tierra, Aidid logró escapar.

Pero la ONU no solo ha actuado en África, un lugar lejano, donde los conflictos generan un eco menor en América y Europa. La ONU también ha actuado en América Latina. En 1965 intervino en República Dominicana para forzar un alto al fuego y restaurar el régimen constitucional después de que el gobierno electo de Juan Bosch había sido derrocado. Estalló una guerra civil en la que la ONU intervino, finalizando con la renuncia de Juan Bosch y la proclamación del coronel Francisco Caamaño como presidente.

En  Haití en 1993, después de que los militares habían depuesto al gobierno constitucional de Jean Bertrand Aristide, la ONU declaró un embargo y el presidente Clinton envió seis destructores para apoyarlo. Esto evitó un enorme éxodo de refugiados haitianos hacia Estados Unidos. La misión de la ONU duró varios años para asegurar la reforma y la estabilidad del país.

Y en 1997, la ONU intervino en Guatemala para ayudar a la terminación de la guerra civil, otro producto de la guerra fría, que había durado 36 años. Los cascos azules recibieron las armas que 4,000 guerrilleros entregaron en 8 campamentos.  La comisión para el esclarecimiento histórico estima que hubo unos 24,900 muertos, pero la Corte Interamericana de Derechos Humanos maneja una cifra de 8,553 fallecidos.

En teoría para que la ONU pueda actuar, ninguno de los cinco miembros permanentes del consejo de seguridad debe ejercer su poder de veto. Si uno solo veta la resolución, la misma no podría ser ejecutada ya que el veto no se puede anular.

Pero han existido ocasiones en que la ONU ha actuado sin el apoyo de los miembros permanentes del consejo de seguridad. Por ejemplo en 1990, se intervino sin tener el mandato, y junto a tropas de la Comunidad Económica Africana (ECOWAS) comandadas por Nigeria, para terminar la guerra civil en Liberia, pero como ya comenté, en África los conflictos generan un eco menor que en América y en Europa.

En 1999, en Kosovo, a pesar del veto de Rusia, se intervino en la guerra de Kosovo donde rebeldes de origen albano luchaban contra Yugoslavia. Había información de violaciones de los derechos humanos y de masacres que el ejército yugoslavo había ejecutado en Kosovo y la ONU intervino a través de la acción coordinada de Estados Unidos y la OTAN con ataques aéreos contra los yugoslavos.

Ante el ataque, el presidente Yugoslavo Slobodan Milosevic, aceptó un cese del fuego y ordenó la retirada del ejército yugoslavo. Los aliados suspendieron los ataques aéreos. Las fuerzas de la NATO entraron a Kosovo para mantener la paz. Tiempo después, Milosevic fue enjuiciado por crímenes de lesa humanidad y murió en prisión.

Desde 2001, la ONU ha aplicado el concepto llamado “Responsabilidad para Proteger” (RPP) que permite actuar a pesar del veto de alguno de los miembros permanentes. Este concepto, que fue presentado por Canadá y por una Comisión de Activistas por los Derechos Humanos, implica que la llamada "no intervención en los asuntos internos de un país", no es aplicable cuando se producen graves violaciones de los derechos humanos.

Aunque el RPP no tiene todavía fuerza legal, fue invocado y mencionado en el texto de la resolución para justificar la intervención en Libia a la que se oponían Rusia y China. Es utilizado normalmente cada vez que alguien se opone a alguna acción y se menciona en el caso de Siria. Es una herramienta, no oficial, utilizada para poder intervenir en la defensa de los derechos humanos en cualquier país aunque algunos miembros del consejo de seguridad se opongan.

Ahora vienen algunas preguntas:

¿No existe violación de los derechos humanos en Cuba y Venezuela cuando se impide a ambos pueblos ejercer su derecho a votar en elecciones libres y pluripartidistas? ¿No existe violación de los derechos humanos cuando en ambos países los opositores son acosados, detenidos, golpeados, encarcelados y hasta asesinados?

¿No existe violación de los derechos humanos cuando el gobierno venezolano despide a personas que no apoyan lo que desea el gobierno? ¿No existe violación de los derechos humanos cuando el gobierno cubano expulsa e impide estudiar en las universidades a estudiantes que piensan diferente al gobierno?

¿Tenemos que hablar de cientos de miles de muertos o el concepto se aplica, aunque sólo haya habido un solo muerto? ¿Cuántos muertos ha habido en Cuba en las casi seis décadas de gobierno castrista? ¿Cuántos muertos ha habido en Venezuela cuando el gobierno dispara contra el pueblo que se manifiesta pidiendo libertad?

El problema no es de cantidad sino de si se cometen o no los delitos que son de los llamados delitos de lesa humanidad. ¿No cuentan los miles de fusilados en Cuba? ¿No cuentan las decenas de muertos en las calles de Venezuela? ¿No cuentan los presos políticos en Cuba y Venezuela? ¿No cuenta lo que se hace contra Leopoldo López en Venezuela? ¿No cuenta el asesinato de Oswaldo Payá quien murió en un accidente provocado cuando un vehículo de la Seguridad del Estado embistió su automóvil?

Señor Secretario General de la ONU: Sobran los ejemplos de las continuas violaciones a los derechos humanos en Cuba y Venezuela y la represión desproporcionada de los gobiernos de ambos países cuando algunos opositores se atreven a protestar contra ese hecho.

Entonces, ¿Qué necesita la ONU para actuar y terminar con el calvario que sufren los pueblos de ambos países?

No creo que fuera necesaria una guerra grande y costosa. Bastaría la decisión de actuar y una presencia militar fuerte frente a las costas de ambos países para que sus gobiernos vieran que no tienen opción. Y si hubiera la necesidad de usar la fuerza militar, los países de la ONU, liderados por Estados Unidos, poseen la tecnología necesaria para terminar con las fuerzas aéreas de ambos países mediante ataques aéreos fulminantes.

¿No poseen también la tecnología para realizar ataques quirúrgicos utilizando drones que eliminan o minimizan la posibilidad de víctimas inocentes, o los llamados “daños colaterales”?

¿No poseen la tecnología para que fuerzas terrestres de “Cascos Azules” tomen el control de ambos países para terminar las violaciones a los derechos humanos y supervisar un proceso de transición hacia una democracia representativa?

Entonces, ¿Por qué se actúa en África, Libia, Siria y Yugoslavia y no se actúa en Cuba y Venezuela? 

Me gustaría una explicación convincente sobre porqué no se hace nada para ayudar a nuestros pueblos o es que la “Carta de la ONU” y la “Declaración Universal de los Derechos Humanos” no se aplican para nosotros. 

Pero desde luego, más me gustaría que las Naciones Unidas actúen. ¿Qué hay que hacer para que el mundo reaccione e intervenga en los conflictos de nuestros países?


¿No sean dado cuenta que lo necesitamos?

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Jorge Ros

sábado, 13 de mayo de 2017

Reflexión sobre el origen y la celebración del “Día de las Madres”

Felicidades a todas las mamás.
Todos celebramos de alguna forma el día de las madres, pero pocos saben cómo se originó esta celebración. Para ello tenemos que remontarnos a la antigua Grecia donde se honraba a Rhea, la madre de los Dioses Zeus, Poseidón y Hades.

Los católicos romanos, escogieron el 8 de diciembre, fecha en que se celebra la inmaculada concepción, para honrar a las madres, mientras en Inglaterra, a mediados del siglo XVII, escogieron un domingo de marzo que denominaron “Domingo de las Madres” donde se festejaba a las madres. Las que trabajaban, normalmente se les daba ese día como libre.

En 1870, Julia Ward Howe, poeta y activista norteamericana y autora del “Himno de Batalla de la República” (The Battle Hymn of the Republic), escribió la “Proclamación del Día de la Madre” y por un par de años intentó celebrar un congreso para implantarlo.

El 12 de mayo de 1873, mujeres de 18 estados realizaron una reunión especial por el día de las madres, pero la celebración todavía no echaba raíces. El 12 de mayo de 1907, La activista Ana Jarvis decidió dedicarlo a celebrar para conmemorar el fallecimiento de su madre y quiso que en esa fecha se honrara no sólo a su madre, sino a todas las madres del país.

Su campaña se fue extendiendo poco a poco por todo Estados Unidos, hasta que finalmente, en el año 1914, el presidente Woodrow Wilson declaró que cada año, el segundo domingo de mayo, se celebraría el “Día de las Madres. Esa festividad se sigue celebrando hasta nuestros días, no sólo en Estados Unidos, sino casi el mundo entero, aunque no todos lo celebran en la misma fecha.

Pero el segundo domingo de mayo, es la fecha más común para celebrarlo. En ese día 31 países conmemoran el “Día de las Madres”. Otras fechas comunes son el primer domingo de mayo o el 10 de mayo que es cuando se celebra en México y otros países de Centroamérica.

En Cuba, la celebración del Día de las Madres fue promovida en Santiago de las Vegas cuando a proposición de Francisco Montoto se celebra en 1920, hay evidencias de que un año antes, el Dr. Eduardo Queral lo celebró en Puerto Padre. Pero es a propuesta del periodista Víctor Muñoz, realizada el 22 de abril de 1921, que el ayuntamiento de La Habana la aprueba y le da carácter oficial a la celebración de la fecha que a partir de 1928 se extiende a todo el país.

Así, desde entonces, el segundo domingo de mayo se celebra en toda Cuba el día de las madres. Una costumbre cubana era portar ese día una flor, que normalmente era un clavel. Los cubanos que tenían el placer de que su madre viviera, portaban un clavel rojo, mientras aquellos cuya madre ya había fallecido, portaban un clavel blanco.

La fecha ha quedado establecida en el mundo entero como un día muy especial, independientemente del día que se celebre, y en muchos países es una de las festividades más importantes del año.

Para los cubanos, el día de las madres es un día agridulce, por la división familiar que sufrimos y que impide a muchos hijos reunirse con sus madres, aunque hoy en día, las comunicaciones y las redes sociales ayudan a borrar las distancias al menos virtualmente.

Hoy, yo quiero aprovechar esta columna, para felicitar y desear lo mejor a todas las mamás, sean del país que sean: norteamericanas, españolas, mexicanas, centroamericanas, venezolanas, colombianas, de donde sean. Para todas, sean de donde sean, un Feliz día de las madres.

Y a las madres cubanas mi mensaje especial en este día, con mis mejores deseos de que a pesar de todo lo que vivimos los cubanos, puedan hablar con sus hijos, y recibir de ellos una expresión de cariño y respeto. Feliz día de las madres a todas las madres cubanas.

Y una mención especial para las mamás en mi familia. Recuerdo a mi madre que falleció hace años. A Soly, la madre de mis tres hijos, le deseo un muy Feliz día de las Madres y gracias por haberme hecho padre tres veces. Y a mis hijas Soly María y Ana Laura y a mi nuera Verónica, un pensamiento especial por ser tan extraordinarias madres, y haberme hecho abuelo siete veces. Muchas Felicidades en este día de las madres para ustedes.

Ser padre y abuelo es una de las satisfacciones más grandes de mi vida, y se lo debo a ellas.


Gracias, muchas gracias.

viernes, 12 de mayo de 2017

El cáncer castrista: Muerte, miseria y dolor para Cuba y Venezuela.

Represión chavista en Venezuela
Bajo la utópica promesa de traer libertad y progreso, sobre todo, para las clases humildes, muchos regímenes marxistas llegan al poder. A veces por imposición de una poderosa potencia como sucedió con muchos países de la Europa del Este, forzados por la Unión Soviética o en Asia por la presión e Influencia de la República Popular China.

En nuestra América, Cuba cayó en el castrismo pseudo Marxista por el engaño de Fidel Castro y su movimiento 26 de Julio que se apropiaron de Cuba después del derrocamiento de Fulgencio Batista. Desde Cuba trataron de impulsar el Marxismo en América.

En Granada fueron expulsados por Estados Unidos. En Panamá después del fracaso de Omar Torrijos y la llegada de Manuel Noriega y sus vínculos con el Narcotráfico, una acción de Estados Unidos aprehendió a Noriega y liberó a Panamá.

A fines de los años 60 y principios de los 70, los castristas apoyaban movimientos subversivos, entre muchos, mencionaremos a los Tupamaros en Uruguay, los Montoneros en Argentina, el ELN en Bolivia, las FARC en Colombia, La Familia en Costa Rica, Alfaro Vive en Ecuador, el FMLN en el Salvador, la UNRC en Guatemala, la Liga Comunista 23 de septiembre en México, Las FALN en Venezuela y muchos otros.

Todos los movimientos guerrilleros latinoamericanos, recibían entrenamiento militar, asesoría y armamento en Cuba. Era la época de la guerra fría en que Cuba promovía activamente el exportar la revolución cubana a otros países, gracias a fondos proveídos por la Unión Soviética.

Casi todos esos movimientos fueron derrotados militarmente, en algunos casos tras golpes militares que se forjaron en defensa de la institucionalidad, aunque luego muchos llevaron a excesos y violaciones de los derechos humanos. Pero siempre Fidel Castro y Cuba aparecían como la causa raíz del problema.

Aparte del activismo cubano, varios factores alimentaban el Marxismo en América. El principal era el populismo que prometía desarrollo y progreso en zonas que los gobiernos electos democráticamente habían olvidado. Mucha pobreza había en América, sobre todo en las zonas de población indígena.

En Chile, Salvador Allende llega al poder en 1970 a  pesar de haber obtenido menos del 37% de los votos (o sea dos de cada tres chilenos votaron en su contra). Como no obtuvo la mayoría de los votos, tras firmar un pacto de respeto a la democracia, Allende fue electo por el congreso pleno. Posteriormente fue derrocado por el golpe de estado de Augusto Pinochet.

La Unión Soviética desaparece en 1990-1991 gracias a un factor externo: La caída de los precios del petróleo del que Rusia era altamente dependiente. Los países de Europa del Este fueron recuperando se independencia y su libertad, pero el castrismo manejó para sobrevivir en Cuba en lo que llamó “Período especial en tiempos de paz”.

En Venezuela, el país más rico de América por sus reservas petroleras, Hugo Chávez llegó al poder también por vía electoral y después ganó varias elecciones sucesivas estando en el poder hasta su muerte en 2013.  Cabe señalar que, si en Chile y en Venezuela hubiera existido el sistema de segunda vuelta electoral tan común en muchos países, ni Allende ni Chávez hubieran sido electos presidentes de sus países.

En Cuba, la revolución castrista se institucionalizó, pero eso costó la vida de más de 5,000 cubanos que fueron fusilados, decenas de miles de cubanos fueron encarcelados y casi dos millones abandonaron el país. Y todo eso a cambio de nada pues la revolución ha sido incapaz de cumplir sus promesas. Cuba, que era un país próspero, es hoy un país con carencias, con escasez, atraso tecnológico y represión.

El castrismo no permite que se le rete el poder en las urnas, y no vacila en usar la fuerza en contra de aquellos opositores que promueven un cambio.

En Venezuela, tras la muerte de Chávez, su heredero Nicolás Maduro fue electo presidente. Chávez y Maduro usaron la riqueza venezolana como arma para lograr influencia política. Hoy, tras la caída de los precios del petróleo, Venezuela es uno de los países más pobres de América.

Nicolás Maduro ha suspendido las elecciones, está reprimiendo con fuerza las protestas del pueblo venezolano. Hay un número grande de presos políticos, y ha habido (y sigue habiendo) muertos y heridos a la vez que el número de presos continúa aumentando. Rompió el orden constitucional y estableció una dictadura que pretende institucionalizar modificando la constitución.

Decenas de miles de venezolanos han abandonado su país y se han ubicado en otros países de América, Europa y Estados Unidos. Todo escasea. No hay alimentos ni medicinas. Venezuela vive una situación crítica que no preocupa a Nicolás Maduro que promueve su nueva constitución hablando con vacas.

El castrismo, marxismo, socialismo del siglo XXI o como queramos llamarle, es un cáncer que se extiende por América. Pero los países democráticos no tienen herramientas para detenerlo y se limitan a pedir diálogo, y a amenazar con sanciones políticas que no preocupan a Venezuela.

A Cuba, dejó de preocuparle hace muchos años porque saben que no pasa nada. Los llamados presidentes de Cuba y Venezuela, Raúl Castro y Nicolás Maduro, son de hecho dos sanguinarios monarcas absolutos que reprimen a sus indefensos pueblos ante la mirada del mundo libre, una mirada que implica complicidad.

Yo soy pacifista por naturaleza, y odio las guerras y en particular cuando los cubanos se matan entre sí o cuando los venezolanos se matan entre sí, luchando por un ideal utópico promovido por el populismo.

Lo voy a decir con todas sus letras sabiendo que causará controversia: Los países de la OEA no deben dudar en utilizar la fuerza militar. Organizar una coalición de países que elimine el cáncer del castrismo o marxismo en América. Eso no es intervenir en los asuntos internos de otros países, sino defender los derechos humanos universales de los indefensos pueblos de esos países. 

Estados Unidos posee la fuerza suficiente para lograr que la coalición triunfe con un mínimo de víctimas inocentes.

Bastaría que se hiciera en una ocasión, para que se entienda muy claro que no se puede cruzar una raya. Que no se pueden suspender los derechos democráticos, que se tiene que respetar la división de poderes, que se debe permitir la libertad de expresión, el derecho a la información y el pluripartidismo. Y que los pueblos tienen el derecho inalienable de elegir sus gobernantes mediante el voto libre y secreto.

Esto se escribe muy fácil, pero es muy difícil hacerlo. Estados Unidos se ha preocupado por Saddam Hussein, por Muammar Gaddafi, y por Bashar Al-Assad y ha buscado alianzas con Turquía, Arabia Saudita, y otros países árabes, pero se ha olvidado de Cuba y Venezuela, países vecinos que siempre han sido amigos y aliados de Norteamérica.

A veces es necesaria una guerra para asegurar la paz. A veces hacen falta muertes para salvar vidas. A veces hay que actuar y hacer cosas que uno hubiera preferido no hacer.


Suena duro, pero la situación en Cuba y Venezuela es muy dura, debido a gobiernos que han traído Miseria, muerte y dolor, y que deben ser eliminados.