sábado, 19 de agosto de 2017

¡NO IMPORTA EL NOMBRE! ¡LO QUE IMPORTA ES QUE FUNCIONE! por Pedro Acosta (NIKKA)

Que carambas importa como se llame... Lo importante es que funcione ¿No?
El dilema de los cubanos no está entre seguir apostando por el fracasado “socialismo castrista” o derivar hacia un capitalismo moderno. Los términos pueden confundir al pueblo, las palabras a veces traicionan y su mal uso engaña.

El "socialismo marxista", esa “imprescindible” etapa que Lenin describió como un paso hacia el comunismo, tiene muy poco que ver con todas las cosas que han sucedido en Cuba por no decir nada. Los teóricos socialistas aceptaron incondicionalmente la llamada “dictadura del proletariado” emanada de la lucha de clases que en realidad es la dictadura de una "nueva clase" sobre el pueblo.

Siempre los criterios, conceptos y dictámenes de los llamados líderes del “socialismo marxista” devienen en dogmas absolutos, unas “verdades por decreto”. En eso, los cubanos tenemos muchísima experiencia y vemos que los resultados han sido más que nefastos.

Marx fundamentó el comunismo hace cien años antes, en condiciones históricas, políticas, sociales y económicas muy diferentes a las que existían a mediados del siglo veinte cuando se produce la revolución cubana. Lenin teorizó a principios del siglo pasado, y también en condiciones muy diferentes, y bajo el prisma de su percepción del entorno, que era muy diferente a la realidad de dicho entorno.

No hay que divagar en teorías. Los resultados del “socialismo castrista” en Cuba, al igual que los resultados en todos los países que implementaron el “socialismo marxista” son más que evidentes. Ya no existe ningún país comunista. Todos murieron cuando murió la Unión Soviética sin haber logrado resolver satisfactoriamente nada.

No se puede presentar a China y a Vietnam como países comunistas porque no lo son. La realidad es que son países capitalistas que presentan, por la razón que da la fuerza del poder, un partido único al que llaman partido comunista, dirigiendo el país. Y Corea del Norte es simplemente un país feudal. Imagínense, la existencia de un feudalismo en pleno siglo XXI.

Hugo Chávez se apartó del “socialismo castrista” diciendo que el suyo era un “socialismo bonito” y lo bautizó como el “socialismo del siglo XXI”. Rafael Correa en Ecuador, planteó su “Revolución Ciudadana” y abrazó el “socialismo del siglo XXI” y los dólares que le llegaban de Venezuela.

El régimen castrista implantado en Cuba solo sirve para demostrar lo ineficiente y disfuncional que es el “castrismo”. Incluso en su momento, Fidel Castro llegó a decir que el "socialismo cubano" no funcionaba ni en Cuba.

Raúl Castro se apresuró a señalar que perdonaba los errores cometidos por su hermano, el "comandante".  Y me pregunto: ¿Dónde estaban el Buró Político y el Consejo de Ministros? ¿quiénes eran?, ¿qué hacían?  

Muy fácil. Legalizaban y alababan todo lo que él comandante decía y hacía. Por eso todos ellos son responsables de la debacle política, social y económica del país. No busquen culpables. Ustedes mismos son los culpables.

Si en estos momentos al pueblo cubano se la diera la posibilidad de elegir libremente entre el castrismo o el capitalismo, no les quepa la menor duda, que escogerían el capitalismo porque muy pocos creen que el “castrismo Raulista” pueda a revertir la situación heredada.

Adaptando ese dicho popular que los cubanos expresan: No importa el nombre. Lo que importa es que funcione: El capitalismo funciona porque brinda una esperanza, ofrece oportunidades y permite crecer personalmente. Como resultado brinda dos alternativas: La primera es que nos vaya muy bien y la segunda que no nos vaya tan bien, o sea, que nos vaya mal. Hay dos posibilidades y nuestro trabajo, talento y esfuerzo influyen en el resultado.

Pero con el totalitarismo castrista implantado en Cuba, independientemente de nuestro trabajo, talento o esfuerzo, solo existe una posibilidad: Nos irá mal. Ese será el único resultado. Las ilusiones y las esperanzas de cualquier otra alternativa sucumbieron hace años. 


En Cuba el castrismo, con la excepción de la cúpula del poder que conforman ese grupo que integra la nueva clase, solo le dio una posibilidad al pueblo y es vivir mal, muy mal.

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