Puede haber responsabilidad de muchos, pero el problema de Cuba es nuestro. |
¿Cuándo todos los cubanos entenderemos que la
solución al problema de de Cuba no pasa necesariamente por los Estados Unidos? ¿Cuándo entenderemos que primero tiene
que solucionarse en nuestras mentes, en nuestro actuar, en nuestra actitud y sobre todo en la forma en que
reaccionamos ante el castrismo?
Que se levante o que se mantenga el embargo
(que en Cuba llaman bloqueo) no resolverá nada, pues el embargo no es el que ha
creado el problema económico-financiero, político y social que existe en la
isla. Tenemos que entender que el problema ha sido creado por el castrismo, y Raúl Castro lo sabe muy bien, y sabe que ni quitando ni poniendo embargos se soluciona el problema que la revolución castrista creó.
No busquemos aliados ni culpables. Como escribiera
el fundador y director de la revista Bohemia, Miguel Ángel Quevedo en el "testamento político" que escribió antes de suicidarse en agosto de 1969: Culpables somos todos. Unos
por acción y otros por omisión. Permitimos que el "comandante" se
hiciera con el país y por demás que lo destruyera a su capricho y antojo.
Reconozcamos primero eso y luego
actuemos en consecuencia para generar lo que deseamos para la Cuba del futuro. Pensemos
qué herencia económica y moral le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos y no
sigamos siendo cómplices de lo que condenamos.
Analicemos cuánto nos afectó y nos afecta
el permitir la centralización y concentración del poder. El dominio del
"uno" y la exclusión de todo aquello que se supone o considera que no
está a tono con la "idea única" y la "eterna verdad".
¿Qué resultados teóricos o prácticos ha
traído el manoseado embargo? ¡Muestren uno!
Resulta obvio que, tras más de
cincuenta años en vigor, sólo ha demostrado ser el mejor y mayor cómplice con
que ha contado el régimen cubano. Ha sido el infinito e inmenso manto bajo el que
se han ocultado los diversos e incontable errores y abusos cometidos por el
gobierno castrista, tales como:
· La
imposición de un partido único, y de un líder único dueño de la única verdad.
· Los
caprichos de la máxima dirección del país (escuelas al campo, construcción de
refugio y túneles y la interminable e incosteable ayuda internacionalista) que han causado la destrucción del país.
· La
corrupción generalizada, el nepotismo y el despilfarro. Gastar lo que no se tiene y quebrar al país.
· El
velar primero por la lealtad antes que por la capacidad para asignar cualquier tipo
de cargos y funciones.
· La
apropiación totalitarista por el castrismo, de toda la vida económica, política y social del
país con una violación sistemática de los derechos humanos.
Para validar aún más lo planteado, valga
recordar una de las "históricas" frases de Fidel Castro con respecto al embargo
cuando dijo que "no bastará que se levante el bloqueo y se nos permita
comerciar con ellos, es imprescindible que nos den acceso a créditos
financieros”
Qué ironía. Querer pedirle dinero al “enemigo capitalista”
que para poder sacar adelante su mal llamado “socialismo”, tiene que financiarlo el
“enemigo”. ¿Créditos financieros para qué? ¿Para despilfarrarlos y mal administrarlos
como hicieron con la formidable ayuda que se recibió del “campo socialista”? Sólo
de la República Rusa obtuvieron 65 mil millones de dólares de los que se han devuelto apenas unos quinientos.
¿Quieren una muestra más de lo que el castrismo considera que le afecta el embargo? Veamos estas palabras de Raúl Castro ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en julio del 2011: “Nuestro peor enemigo
no es el imperialismo ni mucho menos sus asalariados en suelo patrio, sino nos
nuestros propios errores”. O sea, dijo claramente para el que lo quiera entender, que el problema de Cuba no era el embargo, sino la propia revolución.
El embargo debería levantarse para dejar al desnudo los verdaderos culpables de hundir al país en el pantano
en que se encuentra. Ya no tendrían excusas. Ya no tendrían a quien echarle la
culpa de la ineficiencia castrista.
No cuestionemos al presidente Obama por lo que hizo
o al presidente Trump por lo que haga o no haga. Ninguno de ellos es presidente de Cuba y no son los llamados a “deshacer” este entuerto, aunque se agradece el apoyo y la
solidaridad que tanto Estados Unidos como el resto del mundo libre puedan brindarnos. Pero el
problema es nuestro.
En la citada Asamblea, Raúl Castro
también dijo: “debemos limpiarnos la cabeza de las añejas tonterías de todo
tipo que tan hábilmente nos impusieron. No olvidar que ya culminó la primera
década del siglo XXI, y es hora de no callar y de no seguir permitiendo”.
Yo me pregunto: ¿Dónde estaba Raúl Castro
en todos estos años? ¿En la luna o trasnochando? Son palabras hipócritas y
evasivas que no he visto esgrimir a ningún “revolucionario” y que de seguro
cualquier opositor acuñaría sin titubeos.
Es una frase que todos los cubanos deberíamos
respaldar y no seguir callando. No permitirle al régimen su muy desacertado y
represivo proceder. Actuemos en consecuencia. ¡La solución está en nosotros!
Debemos asumir dignamente y con la valentía necesaria esta
obligación histórica, y aunque pueda haber responsabilidad de otros, el
problema es nuestro.
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