Fidel, durante su discurso del 8 de enero de 1959 en el "Campamento Militar de Columbia", rebautizado "Ciudad Libertad" |
Haré un pequeño análisis de cómo se fue conformando e
inculcando en el pueblo, desde el propio enero de 1959, esta “automatización”
mental. Ese dejar de hacer, por el hacer lo que el gobierno planificaba.
Proceso que fue sustituyendo el libre albedrío de las
personas por la decisión de un régimen, dado ello en la máxima representación
del mismo. Carrera que además trastocó la sicología social de todo un país e
incluyó la eliminación de todo tipo de protestas populares.
Dos vías se utilizaron para ello. Primero, para dar una apariencia de
democracia y participación del pueblo en la toma de decisiones, Fidel comienza
a hacer preguntas de respuesta evidente y a someter a votación en las
multitudinarias concentraciones que el gobierno organizaba, diferentes aspectos,
la mayoría de ellos ya aprobados por el Consejo de Ministros.
La primera vez que uso su muy singular “democracia" populista fue en su discurso en Columbia, rebautizada como “Ciudad
Libertad”. Él sabía que el Directorio Revolucionario Estudiantil había
sustraído armas y las había escondido en la Universidad de La Habana. Y esto
dijo:
- “Yo les voy a hacer una pregunta: ¿Armas para qué?, ¿para luchar contra quién?, ¿contra el Gobierno Revolucionario, que tiene el apoyo de todo el pueblo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Es acaso lo mismo el magistrado Urrutia gobernando la República que Batista gobernando la República? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”)”.
- "¿Armas para qué?, ¿hay dictadura aquí? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”) ¿Van a pelear contra un gobierno libre, que respeta los derechos del pueblo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”)”
Más adelante lanza una pregunta que de seguramente
tenía el objetivo de desprestigiar públicamente al Directorio Revolucionario
Estudiantil. Esto dijo Fidel Castro:
- “El Presidente de la República me ha encomendado la más espinosa de todas las tareas, la tarea de reorganizar los institutos armados de la República y me ha asignado el cargo de Comandante en Jefe de todas las fuerzas de aire, mar y tierra de la nación (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Te lo mereces!”)”.
- “No, no me lo merezco, porque eso es un sacrificio para mí, y en definitiva para mí eso no es ni motivo de orgullo, ni motivo de vanidad, y lo que es para mí es un sacrificio. Pero yo quiero que el pueblo me diga si cree que debo asumir esa función (APLAUSOS PROLONGADOS Y EXCLAMACIONES DE: “¡Sí!”).
Fidel había establecido su estilo de “Democracia" Populista que utilizó
muchas veces. Esa costumbre la utilizó en su magistral jugada de la madrugada
del viernes 17 de Julio de 1959 cuando Fidel informa
al director del periódico “Revolución” de su decisión de renunciar al Cargo de
Primer Ministro (1) . Esa
mañana en la primera página del periódico aparece un titular de dos palabras: “RENUNCIA
FIDEL” y después se leía "Explicará hoy al pueblo los motivos de su
decisión".
Esa noche en
una intervención televisada a toda la nación, Fidel lanzó un fuerte ataque
contra el presidente Manuel Urrutia, acusándolo de seguir las mismas tácticas
de Pedro Luis Díaz Lanz quien le había lanzado acusaciones de comunista y había
volado para asilarse en Estados Unidos.
Mientras
hablaba, Fidel, se conoció la noticia de que el presidente Urrutia había
renunciado a su cargo. En su lugar, el Consejo de Ministros designó a Osvaldo
Dorticós Torrado.
Al día
siguiente, Dorticós convocó al Consejo de Ministros que decidió no aceptar la
renuncia de Fidel y le pidió al pueblo que le exigiera a Fidel que
reconsiderara su renuncia. Entonces se organizó un show que duró varios días y
en el que participaron los sindicatos con paros de fábricas pitazos, etc. pidiendo
a Fidel su reconsideración.
En medio de
esa ola de "Democracia" Populista el 26 de Julio Fidel anunció que, cumpliendo el
mandato de su pueblo, reasumía el cargo de Primer Ministro, ahora bajo la
presidencia de Osvaldo Dorticós. Manuel Urrutia había sido derrocado y tras
pasar un tiempo asilado en la embajada de Venezuela, logró salir hacia México
para después radicarse en Estados Unidos.
Esta costumbre de “Democracia" Populista, fue
utilizada por Fidel en infinidad de ocasiones incluidas la Primera y Segunda
“Declaración de la Habana”, pero desde finales de los ochenta, la práctica fue
abandonada, tal vez en espera de tiempos mejores.
Ahora expongamos dos hechos narrados por Antonio Núñez
Jiménez (2).
El 30 de enero de 1959 Fidel se tropieza, tarde en la
noche, con una manifestación obrera que regresaba del Palacio Presidencial al
que fueron para presentar sus exigencias. Luego de bajarse de auto Fidel se dirige
a ellos:
- “Veo la Revolución como una guerra: La ganaremos con inteligencia y con una estrategia definida. Tienen que tener confianza.”
Confianza que aún, cinco decenios después siguen
pidiendo. Inteligencia muy acompañada de la fuerza y la represión.
El 10 de marzo de 1959 Fidel Castro (que ya era
Primer Ministro de Cuba), se encontraba en el Palacio Presidencial y al escuchar gritos
de ¡Fidel, Fidel¡, se asoma al balcón y ve a un gran grupo de personas que se
acercaban. Eran empleados de garajes que estaban pidiendo mejoras salariales y
deseaban que él los recibiera.
Disfruten el acto:
- “Yo soy el que va a bajar para decirles que no estoy de acuerdo con ese procedimiento y voy a explicarle por qué…”
Baja, oye las demandas y les dice:
- “Yo no he bajado para decirles que voy a aceptarles las demandas de ustedes ahora, sino para recriminarlos por ese mitin...”
Deléitense con esta apología de sí mismo:
- “...Aquí nadie puede negar el interés que me he tomado por ayudar al pueblo y el esfuerzo por resolver los problemas que interesan al país, principalmente mi preocupación constante por todos los intereses del pueblo humilde.”
Como ven, el hombre aprovechó la oportunidad, para
humildemente recordarles parte de su primer slogan trastocado en lema: “De, por
y para los humildes”.
Y desde que Fidel, en los primeros meses de la
revolución le salió al paso a las manifestaciones, fueran espontáneas u
organizadas, la acción popular perdió su virginidad. Y las que tienen un
carácter de protesta o reclamo fueron borradas de la faz de la tierra.
Toda manifestación que se planifique a las distintas
instancias y por los diferentes organismos cubanos, tiene que ser aprobada por
el Partido Comunista de Cuba. Ni siguiera la Unión de Jóvenes Comunistas que es
la organización juvenil del partido puede hacerlo si no cuenta con el visto
bueno y la autorización del PCC.
Poco a poco, en un círculo vicioso, se cercenaron
muchos de los derechos que el pueblo había logrado y se llegó al: “No lo pido
porque no tengo que hacerlo, y no se me ha resuelto porque no hay con que
hacerlo”. Finalmente, el régimen esgrimía que al no saber qué pasaba no podían
resolver la situación.
Es lógico que por todo ello se llegara a tan grotesca
y denigrante situación. Si protestar es algo que todavía provoca salpullido y
se rasca con golpes.
Notas:
Notas:
- Para mayor información sobre la supuesta “renuncia” buscar el artículo “El 18 de Brumario de Fidel Castro, cronología de un golpe de estado” publicado en el año 2016 en el blog del movimiento político Somos+ (http://somosmascuba.com).
- Otras referencias pertenecen al libro “En marcha con
Fidel” de Antonio Núñez Jiménez.
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