El Embargo no ha funcionado para lograr el fin del castrismo |
El
primer embargo establecido por el gobierno norteamericano contra el gobierno de
Cuba se impuso el 14 de marzo de 1958. En esa fecha gobernaba Fulgencio Batista
y el gobierno del presidente Dwight Eisenhower, apoyando la revolución
castrista y promoviendo la caída del dictador, decretó un embargo total
a la venta de armas contra el gobierno cubano.
Esto,
aparte del fuerte impacto desmoralizador para los militares cubanos, fue uno de
los factores decisivos para que Fulgencio Batista abandonara el poder, huyera
de Cuba y triunfara la revolución.
Cuando
Fidel Castro tomó el poder en Cuba y comenzó a expropiar las empresas
norteamericanas establecidas en Cuba, incluyendo las refinerías petroleras, sin
que mediara ningún tipo de indemnización, el 19 de octubre de 1960 el gobierno de Eisenhower impuso un embargo a las exportaciones norteamericanas a Cuba, con
la excepción de alimentos y medicinas.
El 7
de febrero de 1962, ya bajo la presidencia de John F. Kennedy, el embargo se
amplió hasta incluir casi todas las exportaciones norteamericanas hacia la isla.
La
noche del 22 de octubre de 1962, el presidente Kennedy dirigió un discurso a la
nación, informando que se habían descubierto emplazamientos de misiles
nucleares soviéticos en Cuba e informó que se había establecido un bloqueo
naval total de Cuba, orientado a impedir que más armamento nuclear pudiera llegar a
Cuba. Ningún otro producto que no fuera militar o nuclear estaba incluido. El
mundo estuvo a punto de que estallara una guerra nuclear.
Comenzaron
las negociaciones con los soviéticos, de las que Cuba estuvo totalmente al
margen. Estados Unidos hizo varias propuestas secretas con el objetivo de
solucionar la crisis sin llegar a una devastadora guerra nuclear, y el 28 de
octubre, Nikita Jruschov anunció, a través de un mensaje difundido por Radio
Moscú, su intención de desmantelar y remover los misiles nucleares que se
habían instalado en Cuba, lo que comenzaron a hacer la tarde de ese mismo día.
Se había
abortado la amenaza de una guerra nuclear, y ante los ojos del mundo, Kennedy
había emergido como el triunfador pero los acuerdos secretos conocidos como
los tratados Jruschov-Kennedy, obligaban a Estados Unidos a comprometerse a no
invadir Cuba, ni permitir ninguna acción desde su territorio contra Cuba.
También los norteamericanos se comprometieron a retirar los proyectiles Júpiter
que tenían emplazados en Turquía.
El 29
de octubre Kennedy recibió una carta de Jruschov confirmando lo que había
difundido Radio Moscú el día anterior, y la crisis de los misiles terminó. El
Bloqueo naval norteamericano llegó a su fin y sólo quedó en vigor el embargo,
al que en Cuba llaman "Bloqueo", una denominación que tiene un significado más
agresivo.
En
1992, el embargo norteamericano se convirtió en Ley al aprobarse la llamada Ley
Helms Burton que condiciona el levantamiento del embargo al restablecimiento
de la Libertad y la Democracia en Cuba, pero no funcionó. Cuba siguió siendo
comunista y la represión castrista continuó.
Cuba
le ha echado la culpa de todas sus penurias económicas al embargo
norteamericano y mucha gente lo cree así, pero esa es una falsedad. El embargo
solamente ha afectado la posibilidad de que Cuba adquiera productos de Estados
Unidos, pero siempre ha podido adquirir esos mismos productos de cualquier otro
país.
Lo
que ha limitado la posibilidad de Cuba para comprar productos es su carencia de
dinero, y aunque el acceso a créditos norteamericanos está cerrado por el
embargo, el acceso a créditos de otros países estaba abierto. Pero el problema
era que Cuba no pagaba y cuando uno no paga lo que le prestan, le suspenden el
crédito.
Los
soviéticos subsidiaron la improductiva economía castrista desde 1963 hasta el
desmembramiento de la Unión Soviética en 1991. Cuando eso sucedió, Cuba dejó de
recibir petróleo ruso y el subsidio prácticamente desapareció. Cuba se quedó
sin recursos para poder comprar en el extranjero los productos que necesitaba,
y se estableció el llamado “Período especial en tiempos de paz”. Había apagones
eléctricos y escasez de casi todo. Los pobres cubanos se volvieron mucho más
pobres.
Sin
embargo, las fuerzas represivas cubanas pudieron evitar que el descontento de
la población se transformara en una rebelión y los cubanos tuvieron que aceptar
vivir en condiciones de extrema pobreza. Cuba tuvo que realizar cambios en sus
políticas para sobrellevar la crisis. El país se abrió a inversiones
extranjeras que normalmente provenían de capitales especulativos. Así mismo, se
promovió nuevamente el turismo como fuente de divisas.
Paulatinamente
la situación mejoró un poco hasta que en 1998, cuando Hugo Chávez gana las
elecciones y se convierte en presidente de Venezuela, ese país asume el papel
de mecenas a través de intercambios comerciales preferenciales que incluían el
envío de 100,000 barriles de petróleo diarios, a precios subsidiados.
Cuba
utilizaba parte del petróleo, y el resto lo revendía a otros países al precio
del mercado, obteniendo divisas que le permitían volver a adquirir productos del
extranjero con lo que la escasez disminuyó notablemente en Cuba.
Hoy,
la crisis venezolana ha provocado que Venezuela disminuya la cantidad de
petróleo que envía a Cuba, y la caída en los precios internacionales del crudo
hace que Cuba reciba menos divisas por el petróleo que vende. Si el gobierno
de Nicolás Maduro llegara a caer, Cuba se hundiría nuevamente en una crisis económica de
proporciones descomunales.
Pero
difícilmente la situación económica provocará el fin del castrismo.
En
primer lugar, el embargo siempre fue unilateral y no multilateral. Cuando se aplicaron medidas a Sudáfrica para
forzar el fin del apartheid fueron aplicadas por casi todo el mundo libre.
Sudáfrica no sólo fue aislada económicamente, sino que se le prohibió
participar en todo evento internacional de cualquier tipo. Hasta se prohibió
que equipos sudafricanos compitieran en eventos deportivos como las Olimpíadas
y el mundial de fútbol.
El
aislamiento total forzó al gobierno sudafricano a desmantelar las políticas
segregacionistas y así emergió una Sudáfrica integrada.
En
Cuba nunca ha existido la voluntad de actuar de manera multilateral y por eso
el embargo no ha funcionado. Ha sido más permeable que un colador.
Y la
propia Ley Helms Burton, no ha sido nunca aplicada en su totalidad. El Título
III de la misma, que permite a cualquier estadounidense, incluyendo a los
cubanos nacionalizados, demandar en los tribunales a quienes se estén
beneficiando de las propiedades expropiadas, nunca ha sido aplicada y
sistemáticamente su entrada en vigor ha sido pospuesta por los presidentes
Clinton, Bush, Obama y ahora Donald Trump.
Y
cuando la ONU manda a Cuba a un experto para analizar la situación de los
derechos humanos en Cuba, hace el ridículo como la relatora Virginia Dandan
quien negó la existencia de una oposición politica en Cuba. No sé si sea ceguera, ineptitud o complicidad.
Pero sin duda, no existe voluntad multilateral de actuar contra el castrismo. Por eso ninguna
medida económica funcionará para presionar un cambio en Cuba hacia la libertad
y hacia la democracia.
¿Será
posible cambiar esto?
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