Los dictadores de Venezuela y Cuba: Nicolás Maduro y Raúl Castro |
El
castrismo y el chavismo son hermanos, aunque el chavismo sea más joven. Ambos
se apoyan y protegen mutuamente y comparten una falsa ideología. Ambos países
dicen ser democráticos. En Cuba denominan a su ideología como “Socialismo” y en
Venezuela llaman a la suya “Socialismo del siglo XXI”, pero ninguno de los dos países
ni remotamente califica ni como demócrata ni como socialista.
En
el mundo hay muchos partidos políticos de ideología Social-Demócrata,
Social-Cristiana o como se quiera denominar. Son partidos democráticos,
respetuosos del juego electoral y que en su plataforma incluyen conceptos de
justicia social, pero rechazan los dogmas marxistas o comunistas.
La
negación de la importancia del capital privado y la promoción de la lucha de
clases no tienen cabida en el mundo moderno. La dictadura del proletariado es
un concepto jurásico que demostró que era una utopía. El colapso soviético
sirvió para exponer con creces la inviabilidad marxista.
Tanto en Cuba como en Venezuela, se tienen gobiernos represivos que limitan las
libertades de sus pueblos. Son gobiernos dictatoriales. En Cuba, la dictadura es totalitaria porque controla totalmente los aspectos
sociales, políticos y económicos. En Venezuela se tiene una dictadura que va en
camino de convertirse en totalitaria. El castrismo cubano lleva años asesorando
al chavismo venezolano y el chavismo lleva años ayudando y subsidiando económicamente
al castrismo.
El
castrismo llegó al poder ante el vacío de poder que se produjo tras la caída de
la dictadura de Fulgencio Batista el 1ro. de enero de 1959. Cuba lleva 58 años
sometida por la dictadura castrista, que se caracterizó por actuar rápidamente, y que en
un lapso de 3 a 4 años destruyó por completo las instituciones democráticas,
económicas y la sociedad civil cubanas.
Desde
luego, se vio favorecido por la llamada guerra fría, por los errores de los gobiernos
norteamericanos de Dwight Eisenhower y John Kennedy y por la ayuda y el apoyo
que recibió por parte de la Unión Soviética. Nikita Jruschov supo aprovechar los
errores norteamericanos y la ambición de poder de los castristas. La Unión
Soviética y el castrismo ganaron, y el pueblo cubano y los Estados Unidos
resultaron perdedores.
En
Venezuela, el chavismo llegó al poder por la vía electoral, cuando Hugo Chávez
ganó las elecciones y tomó posesión en febrero de 1999. Chávez, con su carisma
y sus promesas de reformas económicas supo ganarse el favor de los pobres y la
clase trabajadora que, con sus votos, lo llevaron al poder. Chávez murió en marzo
de 2014 pero mientras estuvo vivo no perdió una sola elección.
A
diferencia del castrismo, que en tres años destruyó las instituciones
democráticas y económicas de Cuba, Chávez, que igual que Fidel Castro poseía un
gran carisma, fue introduciendo sus cambios paulatinamente.
Venezuela
es un país muy rico en recursos petroleros y a Chávez le tocó vivir una etapa
en que los precios del petróleo subieron mucho.
En
1997-1998, debido a la crisis económica asiática, los precios del petróleo se
habían derrumbado. En diciembre de 1998, el precio del barril de crudo Brent, costaba
alrededor de $11.75, pero a partir de 1999 comenzó a recuperarse y no paró de
subir hasta que en Julio de 2008 se cotizó a unos $134.00 por Barril.
En
2008, sufrió una caída que lo llevó a $41.58 por barril, pero la caída fue
breve y a partir de diciembre de ese año comenzó nuevamente a recuperarse. En
el 2010 rondaba los $85.00 por barril y desde principios de 2011 hasta
septiembre de 2014 se mantuvo oscilando alrededor de los $100.00 por barril.
Hugo
Chávez utilizó los ingresos petroleros para ganar favores políticos, subsidió
la economía de Cuba, y por supuesto, también la de Venezuela que, aunque se iba
estatizando, no cayó en la escasez. Pero esos logros no fueron del chavismo
sino de los altos precios del petróleo. La economía venezolana se había venido
destrozando poco a poco.
Después de la muerte de Chávez, viene la crisis. Nicolás Maduro ganó su primera
elección en 2013 gracias a que Chávez lo había designado como su heredero y las
ganó por muy poco margen.
Cuando
se produce el derrumbe de los precios y de la producción de petróleo, y ante su
falta de carisma y liderazgo para gobernar, Maduro recurre a la represión, y apoyado
por la mayoría parlamentaria chavista, Venezuela se comienza a cubanizar a
pasos acelerados.
En
las elecciones parlamentarias de 2015, el chavismo fue apabullado y la
oposición obtuvo la mayoría absoluta, que el gobierno nunca quiso reconocer. Se
acentuó la represión, se bloqueó un referendo revocatorio, y hoy el país está destruido,
con protestas callejeras y Maduro promoviendo una nueva constitución a la
cubana.
Cualquier
apariencia de democracia ya desapareció, y el gobierno no ha querido hacer más elecciones.
Venezuela camina a pasos agigantados hacia una guerra civil y hacia un
totalitarismo tipo cubano. En 2016-2017, Venezuela está viviendo lo que Cuba
vivió entre 1961 y 1964.
La
única diferencia radica en que en Cuba se había destruido la sociedad civil y
las instituciones democráticas, mientras en Venezuela por ahora subsisten y la
Internet ayuda mucho. La OEA, la ONU, la Unión Europea, la mayoría de los
países latinoamericanos y hasta el Papa, protestan por lo que sucede en
Venezuela. Eso nunca lo hicieron cuando el castrismo convirtió el gobierno
cubano en una dictadura totalitaria.
Los
cubanos somos solidarios con la lucha del pueblo venezolano por reconquistar la
democracia y volver a ser libres. Nos parece muy bien, aunque quizás
insuficiente, el apoyo internacional que están recibiendo.
Ojalá
Venezuela pronto sea libre otra vez, y ojalá que el mundo no se olvide de Cuba.
Los cubanos necesitamos que la comunidad internacional nos brinde el mismo
apoyo que le está brindando a Venezuela.
¿Porqué
nos ven diferente a nuestros hermanos venezolanos, si tenemos exactamente el mismo
problema que ellos?
Libertad
para Venezuela… y Libertad para Cuba.
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