La psicología
define la disociación como un distanciamiento de la realidad y por diversas
construcciones mentales en las personas. Es un mecanismo de defensa que ayuda a
tolerar e estrés y se caracteriza por una variedad de construcciones mentales
en la imaginación de las personas.
Los cubanos
hemos sufrido la represión, las carencias y los efectos de la revolución
castrista por un período extremadamente largo. Eso indudablemente ha causado
estrés y eso hace que cada cubano pinte su propia realidad de porqué el
castrismo sigue gobernando en Cuba y sobre lo que debemos hacer para lograr la
ansiada liberación.
Un primer
problema es cuando creamos una diferencia entre los cubanos de “antes” y los
cubanos de “ahora”. No entendemos que somos los mismos, pero fuimos educados y
formados en un entorno diferente.
Los cubanos que
vivimos la Cuba pre-castrista, fuimos educados con libertad, con acceso a la
información, con un gran involucramiento de nuestros padres en nuestra
formación, y muchos con el complemento que una formación religiosa da. Eso nos
formó mentalmente y dábamos por sentadas muchas cosas que teníamos como la
Libertad económica, política, de movimiento, de asociación, etc. Nos dimos
cuenta de ellas cuando las perdimos por causa del totalitarismo castrista.
Muchos salimos
de Cuba y nos desarrollamos o continuamos desarrollándonos en un mundo libre, sin
más limitación que la ley. Entonces desarrollamos el concepto de que todos los
cubanos tenían que pensar como nosotros y si pensaban diferente o eran
comunistas o no pensaban como cubanos.
Mientras tanto,
los cubanos de la Cuba post castrista, fueron educados sin libertad, sin acceso
a la libre información, sino que recibían una información que tergiversan la
verdad de todo y su mente, con pocas excepciones, fue programada para pensar
diferente a como pensábamos nosotros. No conocieron la libertad y se les decía
que en Cuba se vivía mejor que en otros lados y no tenían como compararlo.
Se les decía que
a pesar de lo poco que ganaban en Cuba, ganaban más que en otros países y que
aparte el “gobierno” les otorgaba muchos beneficios “Gratis” como la salud y la
educación. Nadie les dijo que los beneficios que recibían no eran gratis, sino
que costaban dinero y que ese dinero provenía del bajo sueldo que recibían y
que equivalía a un impuesto descomunal. Nadie les dijo que el gobierno vivía en
un déficit perenne que se compensaba con los subsidios de la Unión Soviética y
posteriormente de Venezuela.
Nadie les decía que,
en muchos otros países, los ciudadanos gozaban de esos beneficios sociales y
ganaban mucho más y que se vivía en un entorno donde el estado recibía los
recursos necesarios por la vía fiscal y sin necesidad de impuestos
confiscatorios. Fueron adoctrinados para creer que el infierno en que vivían
era la gloria. No veían que el gobierno castrista había devastado al país,
había arrasado con su economía y había envenenado la mente de las personas.
Y entonces se crearon
dos cubanos que pensaban diferente en base a la información de que disponían.
Los de afuera que veían a los de adentro como flojos que vivían de lo que el
gobierno les daba y de lo que les habían quitado a ellos y los de adentro que
veían a los de afuera como explotadores que les querían quitar lo que la
revolución les había dado.
Lo interesante
es que cuando reciben información y cuando entienden lo que ha pasado, los de
adentro y los de afuera terminan pensando de manera similar, de ahí la
importancia de lograr en Cuba un libre acceso a la internet y la libertad de
información. La única diferencia entre los cubanos de adentro y los de afuera
es el acceso a la libre información.
Otro problema de
la mayoría de los cubanos de antes, es un concepto que el partido republicano ha
manejado muy bien. Si eres cubano tienes que ser republicano porque los
demócratas son comunistas. Los demócratas ayudan a los castristas y los
republicanos son los que van a ayudar a liberar a Cuba del comunismo. También igualan
los conceptos de justicia social con el marxismo y lo asocian a los demócratas.
Han trabajado para hacer a los cubanos fanáticos republicanos y han tenido
éxito.
Ni los
demócratas son comunistas, ni los republicanos van a liberar a Cuba del
comunismo, ni toda la justicia social es marxista. Pero con tal de ganar votos
para las elecciones, para los políticos todo se vale, lo que no es más que una “versión”
de que el fin justifica los medios.
Si analizamos la
situación de Cuba, desde 1959 a la fecha ha habido 12 diferentes presidentes
norteamericanos, de los cuales 7 han sido republicanos (Dwight Eisenhower, Richard
Nixon, Gerald Ford, Ronald Reagan, George H. W. Bush, George W. Bush y Donald
Trump) y 5 han sido demócratas (John Kennedy, Lyndon Johnson, Jimmy Carter,
Bill Clinton y Barack Obama) y ninguno ha hecho nada y Cuba sigue siendo
gobernada por el castrismo.
La razón es que
el gobierno norteamericano, sin importar quién es el presidente o qué partido
lo postuló, toma las decisiones que convienen a Estados Unidos en base a las
prioridades estratégicas que se fijan, y la libertad de Cuba nunca ha sido una
prioridad para ningún gobierno norteamericano. Los candidatos se acercan a los
cubanoamericanos buscando su voto, y prometen cualquier cosa, pero una vez
electos, actúan en base a las prioridades norteamericanas.
Y también se nos
ha hecho creer que cualquier presidente que se preocupa por la justicia social
es marxista o comunista e inmediatamente lo asignan a los demócratas y eso es
falso. El Seguro Social se estableció bajo la presidencia del demócrata
Franklin D. Roosevelt, el Medicare y el Medicaid se introdujeron en 1965 bajo
la presidencia del demócrata Lyndon Johnson y ha sufrido modificaciones. La
última gran modificación fue añadirle la cobertura de medicinas introducida en
2006 bajo la presidencia del republicano George W. Bush. El seguro Social es
bipartidista.
El Seguro de
Cuidado Médico se estableció bajo la presidencia del demócrata Barack Obama y
como toda ley nueva, requiere de ajustes, pero, aunque el presidente Donald
Trump ha intentado modificar la ley, no lo ha logrado. Pero nótese que una ley que
inicialmente los republicanos querían derogar, ahora, bajo un gobierno
republicano, buscan sustituirla y mejorarla. La ley de salud no es marxista.
Cabe señalar que
La mayoría de los países tienen leyes de cobertura de Salud para la población y
solo Estados Unidos, que es el país líder del mundo, carecía de ella hasta la
administración de Obama. Algunos políticos se oponen a mantenerla o cambiarla indicando
que sería socializar la medicina, pero la verdad es todo lo contrario y en
realidad están protegiendo los intereses de las compañías aseguradoras.
Sin embargo, muchos
cubanos republicanos se oponen a la Ley del cuidado de la salud porque creen
que se está socializando la medicina. Considerar marxista a toda ley que favorezca
la justicia social, es un fanatismo que se ha inculcado en una gran mayoría de
los cubanos en Estados Unidos (y hasta en muchos norteamericanos).
Ni todo lo
republicano es bueno, ni todo lo demócrata es malo. Y los cubanos, tanto los de
antes como los de ahora, somos víctimas del mismo sistema totalitario
castrista. Nos afectaron hace seis décadas y nos siguen afectando ahora, pero
todos estos elementos coadyuvan a crear animadversión y división entre nosotros
y eso no debe pasar.
La disociación y
el fanatismo irracional, dividen y ponen etiquetas a los cubanos, y eso es malo.
Ojalá recuperemos nuestra capacidad para razonar y para unirnos en
lo esencial, dejemos de confiar en falsas promesas y exijamos ser apoyados como
lo merecemos.
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