domingo, 23 de julio de 2017

DISOCIACIÓN Y FANATISMO IRRACIONAL ES LO QUE DIVIDE Y ETIQUETA A LOS CUBANOS.


La psicología define la disociación como un distanciamiento de la realidad y por diversas construcciones mentales en las personas. Es un mecanismo de defensa que ayuda a tolerar e estrés y se caracteriza por una variedad de construcciones mentales en la imaginación de las personas.

Los cubanos hemos sufrido la represión, las carencias y los efectos de la revolución castrista por un período extremadamente largo. Eso indudablemente ha causado estrés y eso hace que cada cubano pinte su propia realidad de porqué el castrismo sigue gobernando en Cuba y sobre lo que debemos hacer para lograr la ansiada liberación.

Un primer problema es cuando creamos una diferencia entre los cubanos de “antes” y los cubanos de “ahora”. No entendemos que somos los mismos, pero fuimos educados y formados en un entorno diferente.

Los cubanos que vivimos la Cuba pre-castrista, fuimos educados con libertad, con acceso a la información, con un gran involucramiento de nuestros padres en nuestra formación, y muchos con el complemento que una formación religiosa da. Eso nos formó mentalmente y dábamos por sentadas muchas cosas que teníamos como la Libertad económica, política, de movimiento, de asociación, etc. Nos dimos cuenta de ellas cuando las perdimos por causa del totalitarismo castrista.

Muchos salimos de Cuba y nos desarrollamos o continuamos desarrollándonos en un mundo libre, sin más limitación que la ley. Entonces desarrollamos el concepto de que todos los cubanos tenían que pensar como nosotros y si pensaban diferente o eran comunistas o no pensaban como cubanos.

Mientras tanto, los cubanos de la Cuba post castrista, fueron educados sin libertad, sin acceso a la libre información, sino que recibían una información que tergiversan la verdad de todo y su mente, con pocas excepciones, fue programada para pensar diferente a como pensábamos nosotros. No conocieron la libertad y se les decía que en Cuba se vivía mejor que en otros lados y no tenían como compararlo.

Se les decía que a pesar de lo poco que ganaban en Cuba, ganaban más que en otros países y que aparte el “gobierno” les otorgaba muchos beneficios “Gratis” como la salud y la educación. Nadie les dijo que los beneficios que recibían no eran gratis, sino que costaban dinero y que ese dinero provenía del bajo sueldo que recibían y que equivalía a un impuesto descomunal. Nadie les dijo que el gobierno vivía en un déficit perenne que se compensaba con los subsidios de la Unión Soviética y posteriormente de Venezuela.

Nadie les decía que, en muchos otros países, los ciudadanos gozaban de esos beneficios sociales y ganaban mucho más y que se vivía en un entorno donde el estado recibía los recursos necesarios por la vía fiscal y sin necesidad de impuestos confiscatorios. Fueron adoctrinados para creer que el infierno en que vivían era la gloria. No veían que el gobierno castrista había devastado al país, había arrasado con su economía y había envenenado la mente de las personas.

Y entonces se crearon dos cubanos que pensaban diferente en base a la información de que disponían. Los de afuera que veían a los de adentro como flojos que vivían de lo que el gobierno les daba y de lo que les habían quitado a ellos y los de adentro que veían a los de afuera como explotadores que les querían quitar lo que la revolución les había dado.

Lo interesante es que cuando reciben información y cuando entienden lo que ha pasado, los de adentro y los de afuera terminan pensando de manera similar, de ahí la importancia de lograr en Cuba un libre acceso a la internet y la libertad de información. La única diferencia entre los cubanos de adentro y los de afuera es el acceso a la libre información.

Otro problema de la mayoría de los cubanos de antes, es un concepto que el partido republicano ha manejado muy bien. Si eres cubano tienes que ser republicano porque los demócratas son comunistas. Los demócratas ayudan a los castristas y los republicanos son los que van a ayudar a liberar a Cuba del comunismo. También igualan los conceptos de justicia social con el marxismo y lo asocian a los demócratas. Han trabajado para hacer a los cubanos fanáticos republicanos y han tenido éxito.

Ni los demócratas son comunistas, ni los republicanos van a liberar a Cuba del comunismo, ni toda la justicia social es marxista. Pero con tal de ganar votos para las elecciones, para los políticos todo se vale, lo que no es más que una “versión” de que el fin justifica los medios.

Si analizamos la situación de Cuba, desde 1959 a la fecha ha habido 12 diferentes presidentes norteamericanos, de los cuales 7 han sido republicanos (Dwight Eisenhower, Richard Nixon, Gerald Ford, Ronald Reagan, George H. W. Bush, George W. Bush y Donald Trump) y 5 han sido demócratas (John Kennedy, Lyndon Johnson, Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama) y ninguno ha hecho nada y Cuba sigue siendo gobernada por el castrismo.

La razón es que el gobierno norteamericano, sin importar quién es el presidente o qué partido lo postuló, toma las decisiones que convienen a Estados Unidos en base a las prioridades estratégicas que se fijan, y la libertad de Cuba nunca ha sido una prioridad para ningún gobierno norteamericano. Los candidatos se acercan a los cubanoamericanos buscando su voto, y prometen cualquier cosa, pero una vez electos, actúan en base a las prioridades norteamericanas.

Y también se nos ha hecho creer que cualquier presidente que se preocupa por la justicia social es marxista o comunista e inmediatamente lo asignan a los demócratas y eso es falso. El Seguro Social se estableció bajo la presidencia del demócrata Franklin D. Roosevelt, el Medicare y el Medicaid se introdujeron en 1965 bajo la presidencia del demócrata Lyndon Johnson y ha sufrido modificaciones. La última gran modificación fue añadirle la cobertura de medicinas introducida en 2006 bajo la presidencia del republicano George W. Bush. El seguro Social es bipartidista.

El Seguro de Cuidado Médico se estableció bajo la presidencia del demócrata Barack Obama y como toda ley nueva, requiere de ajustes, pero, aunque el presidente Donald Trump ha intentado modificar la ley, no lo ha logrado. Pero nótese que una ley que inicialmente los republicanos querían derogar, ahora, bajo un gobierno republicano, buscan sustituirla y mejorarla. La ley de salud no es marxista.

Cabe señalar que La mayoría de los países tienen leyes de cobertura de Salud para la población y solo Estados Unidos, que es el país líder del mundo, carecía de ella hasta la administración de Obama. Algunos políticos se oponen a mantenerla o cambiarla indicando que sería socializar la medicina, pero la verdad es todo lo contrario y en realidad están protegiendo los intereses de las compañías aseguradoras.

Sin embargo, muchos cubanos republicanos se oponen a la Ley del cuidado de la salud porque creen que se está socializando la medicina. Considerar marxista a toda ley que favorezca la justicia social, es un fanatismo que se ha inculcado en una gran mayoría de los cubanos en Estados Unidos (y hasta en muchos norteamericanos).

Ni todo lo republicano es bueno, ni todo lo demócrata es malo. Y los cubanos, tanto los de antes como los de ahora, somos víctimas del mismo sistema totalitario castrista. Nos afectaron hace seis décadas y nos siguen afectando ahora, pero todos estos elementos coadyuvan a crear animadversión y división entre nosotros y eso no debe pasar.


La disociación y el fanatismo irracional, dividen y ponen etiquetas a los cubanos, y eso es malo. Ojalá recuperemos nuestra capacidad para razonar y para unirnos en lo esencial, dejemos de confiar en falsas promesas y exijamos ser apoyados como lo merecemos.

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