viernes, 2 de junio de 2017

Lineamientos económicos del castrismo: Empresas privadas sin libertad económica.

Nuevos lineamientos permitirían pequeñas y medianas empresas en Cuba.
Finalmente, los lineamientos de política económica, sin ningún cambio aparente, fueron aprobados por la Asamblea del Poder Popular en Cuba. Estos nuevos lineamientos permitirán la existencia de “Pequeñas y Medianas Empresas”, que normalmente se conocen por su acrónimo “Pymes”, pero no se han proporcionado datos específicos ni sobre el criterio de clasificación ni la estructura jurídica que tendrán.

Como dato, mencionaré que para el Mercosur y para la Unión Europea, las Pymes se integran en base a tres “tamaños” de negocios:
  • ·         Microempresas, cuando tienen un máximo de 10 empleados.
  • ·         Empresas pequeñas, si tienen entre 11 y 50 empleados.
  • ·         Empresas medianas, si tienen más de 50 pero menos de 200 o 250 empleados.

O sea, una Pyme es una empresa que tiene un máximo de 200 a 250 empleados. Sin embargo, la contribución económica de las Pymes es extraordinaria. Por ejemplo, en México el 97% de las empresas son Pymes y generan el 79% del empleo y la cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB). En Colombia, el 80% de las empresas son Pymes y generan el 45% del PIB.

El objetivo principal de emprender un negocio es ganar dinero, generar ganancias. Las ganancias generadas se utilizan tanto para mejorar el nivel de vida de los propietarios como para generar recursos que se reinvierten para hacer crecer el negocio y buscar otros mercados.

Cuando una empresa produce algo o proporciona un servicio, el precio lo fija el mercado a través de la “Ley de la Oferta y la Demanda”. Una empresa tratará de fijar el precio más alto que pueda, siempre y cuando sus clientes estén dispuestos a pagarlo.

Si existe competencia, que es la condición deseada, los precios se fijarán para poder competir. Ninguna empresa podría vender su producto o servicio, si un competidor lo hace a un precio menor. Así el libre mercado regula los precios. Al tener que competir y ganar dinero, las empresas buscarán bajar sus costos e incrementar su productividad.

Pero la experiencia reciente en Cuba es la tendencia del gobierno castrista a interferir con la oferta y la demanda y establece un precio tope a los productos y servicios, lo que le quita su atractivo a emprender pues, como mencionamos, el principal objetivo de poner un negocio es justamente tener utilidades, ganar dinero, mejorar el nivel de vida, tener acceso a bienes y servicios, o sea, tener una mejor calidad de vida.

El papel del gobierno debería limitarse a recibir el pago de los impuestos por ganancias a una tasa competitiva, a asegurar que se respeten las leyes laborales en materia de jornadas, salarios, días de descanso, vacaciones, prestaciones sociales y normas de seguridad, y asegurar que los productos o servicios tienen las características y especificaciones que aseguren la protección de los consumidores.

Asimismo, las leyes deben se estables y no cambiar de un día para otro para que los emprendedores puedan planear bien sus estrategias de producción, contratación, comercialización y crecimiento.

Pero en Cuba no pasa eso ya que las experiencias recientes demuestran que se fijan unas tasas impositivas muy altas, los emprendedores no tienen la libertad de comprar sus insumos libremente en el mercado, y como las reglamentaciones no son claras, los inspectores fijan multas a su antojo o reciben dinero para hacerse de la vista gorda. En Cuba, la escasez crónica y los bajos salarios, han provocado una corrupción rampante.

Aparte, las regulaciones se cambian continuamente. De un momento para otro no se permite usar algo (carretillas) o no se permite vender en ciertas zonas. Aparte, se obliga a que se compren los insumos al monopolio estatal, que muchas veces no los tiene. Y si se consiguen en el mercado negro y el gobierno lo detecta, los emprendedores son multados y sus negocios pueden ser clausurados.

En Cuba no existe un mercado libre y los nuevos lineamientos no lo garantizan.

Y todavía es peor, cuando los funcionarios y dirigentes del país, que quieren promover la creación de empresas privadas, declaran que no se permitirá el enriquecimiento o la concentración de la riqueza. 

El mismo Marino Murillo declaró que "No se permitirá la concentración de la propiedad y la riqueza aun cuando se promueva la existencia de formas privadas de gestión". También declaró que "A determinada escala, la gente tendrá un determinado nivel de ingreso".

Eso es un absurdo, ya que va contra el concepto de libre mercado y le quita el atractivo a emprender”. Se quiere incentivar un sector privado “complementario” y a la vez se amenaza y limita el principal incentivo para emprender que es ganar dinero.

En resumen, en la forma publicada, los lineamientos económicos no cumplen la función deseada.

Un sector privado exitoso, necesita poder trabajar con libertad de todo tipo. Si no es así, fracasará o su éxito será limitado y del éxito de los emprendedores se benefician sus proveedores, sus empleados, el gobierno y todos en general.


Pero es muy difícil quitarles de la cabeza a los castristas su deseo de controlar todos los aspectos de la vida y de la sociedad, porque su temor a perder el poder es mayor que su deseo de mejorar a Cuba.

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