Nuevos lineamientos permitirían pequeñas y medianas empresas en Cuba. |
Finalmente,
los lineamientos de política económica, sin ningún cambio aparente, fueron
aprobados por la Asamblea del Poder Popular en Cuba. Estos
nuevos lineamientos permitirán la existencia de “Pequeñas y Medianas Empresas”,
que normalmente se conocen por su acrónimo “Pymes”, pero no se han
proporcionado datos específicos ni sobre el criterio de clasificación ni la
estructura jurídica que tendrán.
Como
dato, mencionaré que para el Mercosur y para
la Unión Europea, las Pymes se integran en base a tres “tamaños” de negocios:
- · Microempresas, cuando tienen un máximo de 10 empleados.
- · Empresas pequeñas, si tienen entre 11 y 50 empleados.
- · Empresas medianas, si tienen más de 50 pero menos de 200 o 250 empleados.
O
sea, una Pyme es una empresa que tiene un máximo de 200 a 250 empleados. Sin
embargo, la contribución económica de las Pymes es extraordinaria. Por ejemplo,
en México el 97% de las empresas son Pymes y generan el 79% del empleo y la
cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB). En Colombia, el 80% de las empresas
son Pymes y generan el 45% del PIB.
El
objetivo principal de emprender un negocio es ganar dinero, generar ganancias. Las
ganancias generadas se utilizan tanto para mejorar el nivel de vida de los
propietarios como para generar recursos que se reinvierten para hacer crecer el
negocio y buscar otros mercados.
Cuando
una empresa produce algo o proporciona un servicio, el precio lo fija el
mercado a través de la “Ley de la Oferta y la Demanda”. Una empresa tratará de
fijar el precio más alto que pueda, siempre y cuando sus clientes estén
dispuestos a pagarlo.
Si
existe competencia, que es la condición deseada, los precios se fijarán para
poder competir. Ninguna empresa podría vender su producto o servicio, si un
competidor lo hace a un precio menor. Así el libre mercado regula los precios.
Al tener que competir y ganar dinero, las empresas buscarán bajar sus costos e
incrementar su productividad.
Pero
la experiencia reciente en Cuba es la tendencia del gobierno castrista a interferir con
la oferta y la demanda y establece un precio tope a los productos y servicios, lo
que le quita su atractivo a emprender pues, como mencionamos, el principal objetivo
de poner un negocio es justamente tener utilidades, ganar dinero, mejorar el
nivel de vida, tener acceso a bienes y servicios, o sea, tener una mejor
calidad de vida.
El
papel del gobierno debería limitarse a recibir el pago de los impuestos por
ganancias a una tasa competitiva, a asegurar que se respeten las leyes
laborales en materia de jornadas, salarios, días de descanso, vacaciones,
prestaciones sociales y normas de seguridad, y asegurar que los productos o
servicios tienen las características y especificaciones que aseguren la
protección de los consumidores.
Asimismo,
las leyes deben se estables y no cambiar de un día para otro para que los
emprendedores puedan planear bien sus estrategias de producción, contratación,
comercialización y crecimiento.
Pero
en Cuba no pasa eso ya que las experiencias recientes demuestran que se fijan
unas tasas impositivas muy altas, los emprendedores no tienen la libertad de
comprar sus insumos libremente en el mercado, y como las reglamentaciones no
son claras, los inspectores fijan multas a su antojo o reciben dinero para hacerse
de la vista gorda. En Cuba, la escasez crónica y los bajos salarios, han
provocado una corrupción rampante.
Aparte,
las regulaciones se cambian continuamente. De un momento para otro no se
permite usar algo (carretillas) o no se permite vender en ciertas zonas. Aparte,
se obliga a que se compren los insumos al monopolio estatal, que muchas veces
no los tiene. Y si se consiguen en el mercado negro y el gobierno lo detecta,
los emprendedores son multados y sus negocios pueden ser clausurados.
En Cuba no
existe un mercado libre y los nuevos lineamientos no lo garantizan.
Y
todavía es peor, cuando los funcionarios y dirigentes del país, que quieren promover la creación de empresas privadas, declaran que no
se permitirá el enriquecimiento o la concentración de la riqueza.
El mismo Marino
Murillo declaró que "No se permitirá la concentración de la propiedad y la
riqueza aun cuando se promueva la existencia de formas privadas de gestión". También declaró que "A determinada escala, la gente tendrá un determinado nivel de ingreso".
Eso
es un absurdo, ya que va contra el concepto de libre mercado y le quita el atractivo a emprender”. Se quiere incentivar un sector privado “complementario”
y a la vez se amenaza y limita el principal incentivo para emprender que es ganar dinero.
En
resumen, en la forma publicada, los lineamientos económicos no cumplen la
función deseada.
Un
sector privado exitoso, necesita poder trabajar con libertad de todo tipo. Si
no es así, fracasará o su éxito será limitado y del éxito de los emprendedores
se benefician sus proveedores, sus empleados, el gobierno y todos en general.
Pero
es muy difícil quitarles de la cabeza a los castristas su deseo de controlar
todos los aspectos de la vida y de la sociedad, porque su temor a perder el
poder es mayor que su deseo de mejorar a Cuba.
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