viernes, 9 de junio de 2017

Eliécer Ávila desea “un diálogo” con el régimen.

“Si usted quiere ser un revolucionario, tome las armas y haga lo que hacen los revolucionarios”
por María Matienzo. Reproducido de Cubanet. 

Eliécer Ávila (Foto: María Matienzo)
LA HABANA, Cuba.- Cuando a un cubano cualquiera se le pregunta quién es Eliécer Ávila enseguida salta el suceso de la UCI suceso de la UCI (Universidad de Ciencias Informáticas) que se convirtió en viral en una Cuba sin Internet.
Los más desconectados se asombran de que Eliécer aún permanezca en la Isla, pero los que, de una manera u otra, se mantienen al tanto de lo que acontece en la Cuba opositora y saben que el aquel adolescente es disidente hoy muestran simpatía, aunque no sepan a ciencia cierta qué está haciendo o simplemente le exigen al que una vez puso en ridículo a Ricardo Alarcón un mayor protagonismo en el cambio que todos quieren.
Sin embargo, Eliécer Ávila cree que él sí ha dado un “salto cualitativo” con la fundación de Somos+ hace ya casi cuatro años y su vinculación a la plataforma #Otro18: “Nosotros, que veníamos con la convicción de que no podíamos estar promoviendo la fundación de barrios de Miami con el nombre de Somos+, en el sentido de que no nos convirtiéramos en una plataforma o un puente para la emigración o en una ONG de asistencia social de ayuda para esto, ayuda para lo otro, y como sabíamos además que no íbamos a aspirar a los mismos fondos para trabajar, nos dimos cuenta que la práctica tenía que ser distinta”.
“Quiero dejar claro que esto no constituye una crítica a lo que se venía haciendo, sino el reconocimiento al valor de una serie de gente que las admiramos y reconocemos; pero a nosotros ya nos tocaba dar un salto cualitativo y tener iniciativas distintas”, acota.
La aclaración es válida en tanto Eliécer Ávila podría ser en el ambiente de la Cuba opositora una de las voces más controversiales, y las consecuencias son ventiladas en medios de prensa y redes sociales. La controversia y la represión van de la mano cuando se trata de Somos+ y Eliécer Ávila
Continúa explicando qué es Somos+ para analizar luego el porqué de la represión sobre sus miembros: “No queríamos centrarnos en el pasado, ni quedarnos girando en torno al presente sino sobre todo tratar de construir una idea de futuro, una idea que sirviera de guía al resto de los cubanos. Por eso se unieron al movimiento principalmente personas preparadas, gente en su gran mayoría universitarios. Tenemos pastores evangélicos, médicos, enfermeros, ingenieros, estudiantes de varias universidades”.
“Creo que los órganos represivos se acostumbraron a lidiar con cierto tipo de activismo que tiene que ver con las protestas en la calle, y que es válido, pero los órganos de represión bajaban siete u ocho hombres fuertes de la Brigada de Respuesta Rápida, te montaban en una patrulla y quedaba invalidada esa acción”, dice Eliécer, y agrega: “Lo que ellos lograron hacer con éxito durante décadas fue aislar a la oposición de las corrientes de pensamiento, de diálogo interno, de debate que se daban dentro de las instituciones, dígase el arte, el cine, en las universidades, los sindicatos y otros espacios”.
Esta perspectiva de la organización hizo que la plataforma #Otro18, con su propuesta de reforma electoral y la postulación de candidatos independientes, fuera una alianza perfecta, pero también un motivo de represión.
“Evidentemente Somos+ ha venido cultivando ese buen criterio de mucha gente, tenemos un capital humano bastante adecuado para postularse políticamente”, asegura su líder. “Estamos hablando de personas intachables, que tiene un sólido conocimiento de lo que son y lo que quieren, personas con un respaldo en sus comunidades, por lo que tenemos una serie de candidatos ganadores en un posible proceso que dependa del apoyo de sus vecinos”.
Y la elección de algunos de los miembros de Somos+ o del mismo Eliécer Ávila significaría el acceso al poder, el diálogo con el Estado, lo que es, además de sus respuestas impulsivas, una de sus aristas como político que más polémica han suscitado.
“Hemos detectado que las críticas hacia mi persona y Somos+ en realidad son bastante locales”, hablando en plural para referirse a la dirección de comunicaciones de la organización. “Son bastante localizadas en tres o cuatro personas, que con sus criterios válidos, sus preocupaciones entendibles, tal vez por la historia que han pasado, los extremos que han vivido. Y nosotros tratamos de comprenderlos y de explicarnos, pero eso forma parte de la política. No podemos confrontarlos como si fueran enemigos porque tenemos un sueño en común pero tenemos ideas distintas de cómo llegar a él”.
Ávila analiza los porqués y los por cuantos: “Es muy polémica la posición del movimiento, sobre todo porque es nueva. Todo lo que es nuevo, todo lo que se sale del cánon acostumbrado en un país y en una familia es polémico. Lo que es nuevo es que nosotros estamos sentando un centro político donde creemos, además, que está la mayoría del pueblo cubano”
A lo que agrega: “La mayoría no está ubicada, por un lado, en el extremo que quiere exterminar de una manera de la faz de la tierra 57 años de historia como quiera que sea, que para mí son imposibles de borrar; ni del otro extremo que quiere mantenerse viviendo de la historia”.
Entonces define la posición de Somos+: “Nosotros ni una cosa ni la otra. Lo que hace falta es poner en primer plano el desarrollo. Esa es una prioridad en un discurso de oposición que creo que es novedoso y estamos conscientes de que a muchas personas de ambos lados, acomodadas en sus discursos, sin pensar en algo más allá que eso, les causa un cortocircuito. Si analizan a fondo nuestro criterio, nos leen, nos escuchan creo que vamos a tener una compresión bastante amplia”.
Polémica, disgustos y “el enemigo”
Pero su carrera política ha tenido de todo menos comprensión. Baste mencionar dos de las polémicas más recientes: La supuesta acusación a Antonio Rodiles de corrupción que quedó aclarada en medios y redes sociales, según Eliécer; y sus criterios sobre el cubano que corrió con la bandera cubana el Primero de Mayo.
Para él, ambos hechos no fueron tal cual se leyeron.
Sobre el primero afirma: “Yo nunca he dicho que Rodiles es un corrupto”, y cuenta, grosso modo —porque la historia es bien conocida—, que “en el marco de una conferencia donde estaban participando unas cuantas personas, había dos que estaban llamándome a mí, a Cuesta Morúa y a Yoani Sánchez agentes de la Seguridad del Estado, cobardes, prestados, y no me dejaban hablar, y a esas personas que se fueron de Cuba y se robaron dinero aquí de sus organizaciones, les dije, mirándole a los ojos: ‘yo no marcho con corruptos’”.
El hecho, según el mismo Eliécer, se divulgó mutilado: “Fue un incidente lamentable para nosotros, aunque no lo propiciamos. Nunca nos planificamos para hacerlo, fue una reacción, me salió el guajiro”. Y termina achacándole la diferencia de criterios entre Antonio Rodiles y otros opositores a “la posición nuestra sobre las relaciones con los Estados Unidos”.
Sobre “el corredor”, como él y otros le llaman al cubano del Primero de Mayo, dijo: “No digo que el hombre no es un opositor, eso lo dice él”, y se refiere a las entrevistas que dio a la prensa cuando protagonizó su protesta a la entrada en el puerto del crucero con turistas estadounidenses. “Y a mí me parece sano, porque en primer lugar para que un ciudadano se pronuncie no tiene que ser necesariamente un opositor o militar en un partido. Creo que el derecho ciudadano es tan legítimo que no hace falta vestirlo de nada”. Cree además que esta fue una “excelente oportunidad desperdiciada” para hacer reclamos más concretos y cuestiona que algunos medios “simbólicamente hagan esa superposición entre bandera americana y oposición”.
“A muchos, sobre todo los que viven fuera, les puede parecer interesantísimo. A mí como opositor, que vivo en Cuba, que tengo un proyecto acusado de servir al imperialismo, honestamente me parece que políticamente no es lo más deseable”, aunque confiesa que se rio muchísimo de cómo se les “jodió el desfile a esta gente, porque también soy un defensor de la libertad de expresión, y porque lo que quiero es expresarme libremente, me hubiera gustado que no fuera la bandera americana”.
“Siento que los opinadores en Facebook a veces son extremistas”, hablando sobre el espacio donde más se le ha cuestionado porque es a su vez donde él como político ha socializado su postura. Como otros, sabe que la red social es un centro poderoso de reunión.
“El cubano necesita leer más y no sólo reaccionar. A veces en Facebook se refleja el pensamiento siempre más extremo”, anota, en tanto se llama a sí mismo “moderado” e incluye a otros que solo dan un like ante polémicas entre “comentaristas extremistas”, y conmina a cambiar las reacciones porque “no podemos seguir permitiendo que los extremistas se apoderen del mundo. Y eso está pasando en la política, está pasando en las elecciones, está pasando en los programas de partidos. Las personas balanceadas, moderadas, estables psicológicamente, capaces de discernir los objetivos, tenemos que participar más”.
“¿Quién es el enemigo? Sí, lo tengo bien claro, lo que no estoy seguro que esté en un solo lugar”, y no abunda más en el tema.
El diálogo con el Gobierno “sería deseable” 
Ahora que Eliécer Ávila se enfrenta a cargos de “enriquecimiento ilícito”, y que su caso ha sido maniatado por la Seguridad del Estado, uno de los argumentos que esgrimen sus detractores cobra vigencia: ¿Creerá que aún el diálogo con el Gobierno es posible?
“Un diálogo con el Gobierno sería deseable porque aun cuando tiene todas las características que mencionas, el problema es que son ellos quienes imprimen los pasaportes, administran la policía, los bomberos, quienes ponen y quitan el agua, quienes hacen o deshacen las carreteras, son quienes gobiernan”, y esgrime lo que considera, más que un argumento, una enseñanza que no se debe desechar: “Este Gobierno intentó borrar la República y no lo logró. Recorres hoy La Habana y lo único que se puede disfrutar es lo que heredamos. No podemos llegar como los revolucionarios del siglo XXI y borrar 57 años de ese proceso tan defectuoso que se llama revolución. Lo que se puede es superar, para eso tiene que haber evidentemente una confrontación de argumentos y el Estado es el empleador del 90 % de la fuerza laboral. Por tanto, cuando hablamos de un diálogo con el Gobierno, es un diálogo con la gente también, y si nosotros queremos ganar ese pueblo a que ayude a que se promueva un cambio, no podemos mostrarnos u ofrecernos como la goma de borrar la historia”.
Remata, en un tono más personal: “Todo lo que he conseguido en mi vida ha sido explicando mis ideas y a eso se le llama política”, y arguye que “si usted quiere ser un revolucionario, tome las armas y haga lo que hacen los revolucionarios; pero si usted quiere participar en política, lo primero que tiene que entender es que la política es el mecanismo mediante el cual la gente dialogando resuelven sus problemas. Así que negar el diálogo es negar la esencia misma de nuestra aspiración”.

LA AUTORA: 
Maria Matienzo Puerto: Una vez soñé que era una mariposa venida de África y descubrí que estaba viva desde hacía treinta años. A partir de entonces construí mi vida mientras dormía: nací en una ciudad mágica como La Habana, me dediqué al periodismo, escribí y edité libros para niños, me reuní en torno al arte con gente maravillosa, me enamoré de una mujer. Claro, hay puntos que coinciden con la realidad de la vigilia y es que prefiero el silencio de una lectura y la algarabía de una buena película.
LA AUTORA: María Matienzo Puerto

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