Término usado por Raúl Castro en una conferencia el 6 de junio de 1972, reproducida en Verde Olivo y en Bohemia. |
Hay muchas personas que ven el mundo en blanco y negro y usan
expresiones tales como “o conmigo o contra mí” o la tristemente célebre “Dentro
de la Revolución Todo, fuera de la revolución nada” donde habría que definir qué
cosa es la revolución para poder entender si se está dentro o fuera de ella.
Sí, muchas personas ven el mundo en Blanco y Negro, como si sólo hubiera
dos verdades, pero se les olvida que entre el blanco y el negro existe un
número infinito de tonalidades de gris. Y todavía peor, ven el mundo en blanco
y negro sin reconocer que el mundo no es monocromático, y que aparte del blanco,
el negro y las infinitas tonalidades de grises, hay una infinita variedad de colores,
porque el mundo es multicolor.
Esto sucede en todas las organizaciones, movimientos, etc. Dirigentes y
líderes que presumen tener el monopolio de la verdad y no aceptan la
discrepancia. Pasó en Rusia, pasa en Cuba y pasa en Miami. A nadie le gusta que
lo contradigan y muchos estigmatizan las opiniones contrarias y no aceptan el
pluralismo.
Cuando la revolución nació, lo hizo bajo la promesa de retornar Cuba a
la institucionalidad y restablecer las libertades que la Constitución de 1940 garantizaba
y que la dictadura había cancelado, pero no hizo eso y poco a poco se fue
apartando del camino que había planteado. Y cuando se alzaron voces para
protestar, fueron reprimidas y aplastadas. La revolución tomó el camino
ideológico que el castrismo le dio.
La Real Academia de la Lengua Española define la ideología como un
conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona,
colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc.
Y desde luego hay muchas ideologías porque el hombre, como ser inteligente
tiene derecho a pensar, y no existe una uniformidad de opiniones. Cuando hay
libertad de pensar y opinar, el universo es multicolor, pero la revolución la
hizo bicolor, blanco o negro. Dentro de la ideología de la Revolución, Todo, o
sea, Blanco, y fuera de ella nada, porque todo era negro.
Así nació la oposición al castrismo, llamémosles opositores o
disidentes. Personas que no están de acuerdo con la opinión oficial o que se
oponen a ella. Volviendo a la Real Academia, define la Oposición como el
conjunto de grupos o partidos que, en un país, se oponen a la política del
gobierno o al poder establecido. Entonces todos aquellos grupos u organizaciones
que se oponen a las políticas castristas, son opositores.
Disentir es no ajustarse al sentir o parecer de alguien. O sea, todos
los opositores al castrismo son también disidentes, porque no se ajustan al
sentir o parecer de la dictadura. Pero dentro del mismo Partido Comunista
Cubano y del gobierno cubano puede haber disidentes, o sea, miembros que se
oponen a todas o algunas de las políticas castristas.
Pero la dictadura castrista no admite ni la oposición ni la disidencia. Por
eso los que discrepan parcial o totalmente del gobierno establecido solo tienen
dos opciones. a) Se integran a la disidencia o a la oposición por lo que serán
perseguidos, castigados y marginados de la sociedad, o b) Se callan la boca, no
opinan nada en contra y se convierten en robots que abandonan su derecho a
pensar y opinar y se limitan a decir que sí a todo, aunque no estén de acuerdo.
Y vamos al Diversionismo Ideológico y para comenzar, mencionaré que,
para la Real Academia de la Lengua, la palabra Diversionismo no existe. O sea,
en nuestro idioma, en el castellano, el concepto de Diversionismo Ideológico no
existe. Pero para la dictadura castrista la situación es diferente.
Raúl Castro mencionó el término durante una conferencia que pronunció el
6 de junio de 1972 con motivo del onceno aniversario del MININT, y fue reproducida
en “Verde Olivo” y en la revista Bohemia bajo el título “El diversionismo
ideológico, arma sutil que esgrimen los enemigos contra la revolución”. El
término fue integrándose al lenguaje represivo castrista y hoy en día no solo
lo utilizan los castristas, sino que muchos cubanos lo emplean para criticar a
personas que discrepan en diversos grupos y organizaciones anticastristas.
Durante los años setenta y ochenta, el término fue de uso común para
criticar y acusar a los disidentes y opositores por no adecuarse a las
conductas y políticas que el castrismo consideraba como válidas. Como no existe
una definición acreditada se tiene que recurrir a definirlo en base a como fue
usado el concepto.
Una definición no oficial, sería que el diversionismo ideológico sería
cualquier acción, idea, nota, expresión o divulgación de conceptos que
conduzcan a confundir al pueblo, apartarlo de los intereses del castrismo y úsarlo
para servir a los intereses del enemigo. Definido como tal, el diversionismo
ideológico se considera un grave delito que debe ser reprimido y castigado
severamente.
Y desde luego, no queda la menor duda de que todo opositor o disidente,
en su actuar, comete el citado delito de diversionismo ideológico que llevó a
muchos cubanos a cumplir sentencias en las cárceles castristas.
Se sabe que un alto porcentaje del pueblo cubano no está de acuerdo con
todas o algunas de las políticas de la dictadura castrista, pero el uso de la
represión totalitaria gracias al entrenamiento proporcionado en su momento por
la Policía Política del Ministerio para la Seguridad del Estado de la ya desaparecida
República Democrática Alemana, también conocida como Alemania del Este (STASI), ha permitido al castrismo ejercer un control total sobre sus ciudadanos, y sobre todo, contra los
disidentes y opositores.
Cuba es hoy un país con una economía incapaz de sustentarlo, con una
infraestructura decadente, con una escasez crónica que a últimas fechas se ha
agudizado y un gobierno impopular e incapaz de ofrecer soluciones viables y que solo se
mantiene en el poder mediante la represión de un pueblo que cada día pierde más
el miedo a protestar y exigir sus derechos.
Si hasta hace poco, Venezuela mantenía a Cuba, hoy, la crisis venezolana
es tal que Venezuela se ha convertido en un país más pobre que Cuba. Solo la
represión, el fraude y el engaño, mantienen en el poder al Chavismo en Venezuela.
Un poder colgado con alfileres. Venezuela ya no puede ayudar a Cuba como lo
hacía antes.
Pero en nuestra Cuba y ante la crisis, ¿Hasta cuándo la represión le permitirá a la
dictadura mantenerse en el poder?
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