viernes, 17 de noviembre de 2017

RECORDANDO A JORGE MAS CANOSA A LOS 20 AÑOS DE SU MUERTE por Jorge Ros

Jorge Mas Canosa (1939-1997)
Hace unos días, asistí a la Exhibición que la Fundación Nacional Cubano Americana ha venido presentando en sus instalaciones para conmemorar la vida de Jorge Mas Canosa a los 20 años de su prematura muerte, ocurrida el 23 de noviembre de 1997 cuando solo tenía 58 años de edad.

Mas Canosa nació en Santiago de Cuba el 21 de septiembre de 1939 y ahí estudió su primaria y su secundaria. Desde joven mostró sus dotes de liderazgo que lo llevó a involucrarse en la lucha contra la Dictadura de Fulgencio Batista, incluso hablando por la radio por lo que fue detenido y tras pasar un breve tiempo preso fue entregado a su padre quien decidió sacarlo de Cuba.

Fue enviado a Estados Unidos y asistió al Presbyterian Junior College en la ciudad de Maxton, North Carolina. Posteriormente regresa a Santiago de Cuba donde se registra en la Universidad de Oriente para estudiar Leyes. Nuevamente se involucró en actividades políticas como líder estudiantil contra el comunismo castrista por lo que fue perseguido y detenido nuevamente hasta que finalmente el 9 de Julio de 1960 tuvo que tomar el camino del exilio llegando a Miami prácticamente sin dinero.

Trabajó lavando platos, como repartidor de leche y como vendedor de zapatos. Mientras tanto, continuaba su activismo contra el castrismo. Se unió a los miles de cubanos que integraron la Brigada 2506, recibió su entrenamiento pero fue asignado a las transmisiones radiales que se hacían a Cuba desde la isla de Swan a través de “Radio Swan”. Yo recuerdo haberlas escuchado en Cuba.

Nunca llegó a desembarcar en Cuba lo que evitó que cayera prisionero como los demás brigadistas. Después ingresó en el ejército norteamericano, y se graduó como Segundo Teniente en Fort Benning, Georgia, pero cuando se dio cuenta que no existían planes para invadir a Cuba, dejó el ejército y regresó a Miami.

En Miami, contrajo matrimonio con Irma Santos, quien había sido su gran amor desde sus días de estudiante, lo que en Estados Unidos llaman como su “High School Sweetheart”. De esa unión nacieron tres hijos, todos varones: Jorge, Juan Carlos y José Ramón, que hoy son todos unos exitosos empresarios y miembros activos de la comunidad.
Irma Santos Y Jorge Mas Canosa cuando eran jóvenes.
En 1969, Mas Canosa fue invitado a colaborar con la empresa contratista “Iglesias y Torres” que más adelante americanizó su nombre cambiándolo por su equivalente en inglés “Church and Tower”, para organizar la empresa en la Florida a cambio de una participación en la empresa. Las operaciones, particularmente en Miami, eran un desastre. Mas Canosa reorganizó brillantemente el trabajo de las brigadas en Miami, escuchó los consejos que le dieron en la Bell South, modernizó los métodos de trabajo, incrementó la productividad y se convirtió en un excelente proveedor de sus servicios para Bell South.

Así logró que le otorgaran un contrato a largo plazo para todo el Sur de la Florida. Poseedor de una capacidad y una habilidad fuera se serie, Mas Canosa negoció la compra de la parte de la empresa que no poseía mediante un préstamo que obtuvo. Church and Tower siguió creciendo y se enriqueció cuando sus hijos se integraron a la misma.

Con una clara visión estratégica, Mas Canosa vio la oportunidad de crecer más y expandirse a otros mercados mediante la adquisición de la firma Burnup & Sims. Bajo su liderazgo, Church & Tower y Burnup & Sims se fusionaron en una sola empresa y en marzo de 1994 fueron rebautizadas como MasTec. Jorge Mas Canosa se convirtió en presidente de la Junta Directiva mientras su hijo Jorge asumió los roles operativos.

La empresa creció y llegó a negociarse en la Bolsa de New York siendo una de las empresas hispanas más grandes en Estados Unidos. Pero el éxito empresarial no desvió a Jorge Mas Canosa de su obsesión por la libertad de Cuba. El 6 de Julio de 1981, junto a Raúl Masvidal fundó la Fundación Nacional Cubano Americana, que pronto se convertiría en la organización anticastrista más grande y poderosa, con ramificaciones en muchísimos países y dentro de Cuba.

Conocedor de la importancia de tener aliados en el gobierno norteamericano, cabildeó y trabajó para lograr elegir numerosos congresistas y senadores. Mas Canosa logró unificar el voto cubano para elegir a Ronald Reagan como presidente y se convirtió en uno de los hispanos más influyentes en Estados Unidos.

Con el tiempo, Mas Canosa sería asesor de varios presidentes incluyendo a Bush y a Clinton. A él y a la Fundación se debe la creación de Radio y TV Martí. También fue clave en la aprobación de la llamada Ley Helms Burton. Pero, aunque Jorge Mas Canosa y la Fundación son muy reconocidos por su activismo anticastrista, yo quiero referirme a algunos aspectos que muchas veces no son debidamente reconocidos y que demuestran el aspecto humano de Jorge Mas Canosa.

Aprovechando las relaciones que mantenía con el gobierno norteamericano, bajo la presidencia de Ronald Reagan, Jorge Mas Canosa, José Pepe Hernández y la Fundación Nacional Cubano Americana lograron un acuerdo migratorio con el Departamento de Estado y con el entonces llamado Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) para traer a cubanos que habían salido de Cuba antes del 1ro. de enero de 1988 y que se encontraban varados en terceros países.

El programa Éxodo fue firmado el 13 de junio de 1988. El acuerdo exigía que los cubanos fueran auspiciados para que, al llegar, tuvieran asegurado empleo, seguro médico, casa y alimentación por un período mínimo de dos años para que no se convirtieran en una carga pública para el gobierno norteamericano y la Fundación y Jorge Mas Canosa lo lograron.  

Obviamente la Fundación, sus directores y la familia Mas aportaron vastos recursos, pero también se pidió a la comunidad que contribuyera y el slogan que se usó resumía muy bien el objetivo de unificar a las familias que estaban dispersas en terceros países: “Para que vengan todos”.

El acuerdo permitía que cada año vinieran para Estados Unidos 1,500 cubanos y vinieron de 19 países entre ellos, de Perú, Costa Rica, República Dominicana, Venezuela, España, Rusia, Bolivia y Portugal. El primer grupo  con 692 refugiados cubanos, aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Miami en septiembre de 1988. De ellos, 427 provenían de Costa Rica y 265 de Panamá.

Entre 1988 y 1994 decenas de miles de cubanos que estaban dispersos y sin posibilidades de venir para Estados Unidos lo pudieron hacer. Y eso se logró por un grupo de personas lideradas por Jorge Mas Canosa.

Un hecho sin precedentes ocurrió el 5 de septiembre de 1996 cuando a través de CBS noticias, se celebró un debate entre el entonces presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular Ricardo Alarcón y el presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana Jorge Mas Canosa. CBS noticias transmitió el debate en 20 países, aunque por supuesto, no se transmitió en Cuba. Los que deseen ver ese debate, lo encuentran en el enlace https://youtu.be/Lgg6T77a0A4?t=17.

Obviamente, Jorge Mas Canosa tuvo sus críticos, pero sin duda el balance histórico resulta positivo.
Bandera confeccionada por presos de la cárcel Ariza en Cienfuegos.
El color rojo del triángulo fue coloreado con la sangre de los presos.
Donada a la Fundación por los presos políticos en diciembre 2003
Jorge Mas Canosa murió de complicaciones provocadas por un cáncer pulmonar que lo aquejaba, así como complicaciones por la enfermedad de Paget que le causaba grandes dolores. Surgieron problemas renales y finalmente el 23 de noviembre de 1997, van a hacer ya 20 años, Cuba perdió a uno de los hombres más grandes que ha dado en su historia contemporánea. Pero su obra lo trasciende y siempre será recordado y extrañado.

Pero aparte de su activismo político, Jorge Mas Canosa le dio a la Fundación un toque humano. Es imposible resumir toda la vida y obra de este gran hombre en una columna, pero yo quiero terminar este pequeño homenaje relatando una experiencia personal que no esperaba.

La madrugada del lunes 24 de agosto de 1992, nos azotó uno de los huracanes más poderosos que han tocado tierra en Estados Unidos, el Huracán Andrew. Mi casa (y el vecindario) fueron seriamente afectados. Ventanas voladas, techos dañados, árboles caídos, postes eléctricos caídos con la consecuente falta de electricidad. Todo era un desastre en el Sur de la Florida. Así estábamos esperando que llegara el ajustador del seguro, sin poder hacer nada, cuando de repente el miércoles 27 de agosto sonó el teléfono, yo contesté y una señorita me habló:

“Buenas tardes señor, le hablamos de la Fundación Nacional Cubano Americana para saber si tiene alguna necesidad o si requiere algún tipo de ayuda, alimentos para bebito, agua´, medicinas o algo en que podamos ayudarle”. Yo me sorprendí, pero enseguida contesté “Muchas gracias, pero afortunadamente nuestras necesidades básicas las tenemos cubiertas, pero no sabe usted la satisfacción que me ha dado su llamada”. Era verdad. Solo la Fundación se había preocupado por nosotros.

Y Pensé: Que gran hombre es Jorge Mas Canosa, que honor me dio la vida por haberlo conocido.

Jamás pensé que pocos años más tarde iba a estar llorando en su velorio en Saint Michael o caminando en su cortejo hacia el cementerio. Alguien dijo que los hombres no lloran, pero no me da pena decir que yo lloré mucho cuando murió Jorge Mas Canosa. Lloré en su velorio y lloré en su entierro.


Cuba necesita muchos hombres así.

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