Vamos a Celebrar el Día de Acción de Gracias |
Hoy
se celebra en Estados Unidos el día de Acción de Gracias, una fiesta muy
importante, quizás la más importante en Estados Unidos junto a la celebración de
la independencia. La primera festividad de Thanksgiving se celebró en octubre
de 1621 al terminar la recolección de la primera cosecha. Fue un fiestón que se
prolongó por tres días.
Pero
fue una joven mujer, Sarah Joseph Hale, periodista y editora de una revista
llamada “Godey’s Lady Book”, orientada a las mujeres en la época colonial, la que,
tras una fuerte campaña y numerosas dirigidas a cinco presidentes, quien logró
convencer a Abraham Lincoln para que apoyara la legislación necesaria para que
la festividad quedara institucionalizada. Así en 1863, nace la Fiesta Nacional
de Thanksgiving o Día de Acción de Gracias que celebramos cada año el cuarto
Jueves de Noviembre.
También
se le acredita a la Sra. Hale, el que comer Pavo sea lo típico de esa
celebración. Ella enfatizó en asar un pavo y eventualmente se convirtió en la
norma de la celebración. Evidentemente a la Sra. Hale no le gustaba la carne de
puerco, y por eso, a muchos cubanos les hubiera gustado celebrar el día de Acción
de Gracias, asando un lechón. En muchas casas cubanas, el Lechón y el Pavo
comparten la mesa de Thanksgiving, sin que falten el Arroz con frijoles o “Moros
con Cristianos”, y hasta la yuca con Mojo, aparte de la tradicional Salsa de Arándanos,
el Maíz asado y el Pudding o Pie de calabaza. Decenas de recetas existen para
rellenar el Pavo, lo que se conoce como stuffing, incluyendo uno, inventado por
un cubano, que lo rellena con “Moros con Cristianos”.
Aparte,
Thanksgiving se considera el inicio oficial de la temporada navideña. Se tiene
el tradicional desfile de la Tienda Macy’s que ha servido hasta para
hacer películas. El día siguiente a Thanksgiving se conoce como “Viernes Negro”
o “Black Friday” donde el comercio se llena de ofertas y atractivos descuentos
para atraer clientes. Ese es el día de mayor volumen de ventas comerciales en
todo el año, y para muchas empresas, las ventas del “Black Friday” determinan
si tendrán o no utilidades en el año.
Thanksgiving
es una fiesta nacional y en esa semana millones de personas viajan a los largo
y ancho de Estados Unidos para celebrar la cena con su familia y poder dar gracias,
pero ¿Dar gracias a quien o para qué? Desde luego los cristianos, practicantes
o no practicantes, le dan gracias a Dios. Lo mismo hacen los judíos. De hecho,
para todos los que creen en un Dios, independiente de su religión, Dios es el
número uno en la lista.
Junto
a Dios se dan gracias a todos aquellos que influyeron en nosotros para las
cosas buenas del último año. A papá y mamá, estén vivos o muertos, por sus enseñanzas
y ejemplo. A hermanos, hijos, amigos y hasta a extraños que influyeron en
nosotros durante toda o parte del año y poder estar cenando esa noche. Los no
creyentes, también dan gracias. Es una festividad única que trasciende la
política, la religión y es una celebración a la vida.
Los
norteamericanos, independientemente de su filiación política, darán gracias
porque ha terminado un año, tienen trabajo, tienen salud y la mayoría de los
enfermos están siendo atendidos, porque compraron una nueva casa, un nuevo auto,
o porque la familia se enriqueció con la llegada de nuevos bebés, porque
alguien ingresó o terminó en la universidad y porque en medio de todos los
problemas el país sigue adelante o porque sienten una economía fuerte.
Todo lo
que vemos bueno es pretexto para celebrar y brindar.
En
toda cena, el anfitrión o un orador designado debe ser quien, antes de la cena,
dirija unas palabras para dar gracias, aunque a veces se invita a varias
personas. Y es muy bonito e interesante cuando se invita a algunos niños para
que también ellos den gracias. Thanksgiving es una celebración única.
Pero,
¿Qué celebramos los cubanos?
A
pesar de nuestra odisea tenemos mucho porque dar gracias. Los que estamos en
Estados Unidos, aparte de las mismas razones que tienen los norteamericanos
para celebrar, celebramos que, aunque la dictadura cubana ya dura 58 años,
nosotros estamos en un país libre, donde hemos sido bien recibidos y donde muchos
de nuestros hijos y nietos han nacido. Podemos dar gracias por la esperanza de
que el sufrimiento del pueblo cubano termine pronto. Podemos dar gracias porque
hay líderes, organizaciones y movimientos que dentro y fuera de Cuba siguen
luchando por lograr un cambio en Cuba.
Por supuesto, no podemos dar gracias por todo lo que quisiéramos, pero yo invito a que
esta celebración nos sirva para seguir adelante buscando una reconciliación
entre los cubanos y para seguir apoyando a aquellos que luchan y que requieren
de nuestro apoyo para que un día podamos dar gracias porque Cuba es libre.
Yo
aprovecho esta columna para dar gracias a Dios y a mis tres hijos que adoro:
Soly María, Ana Laura y Jorge Luis. A mis yernos Francisco, Benjamín y Verónica que ya son también hijos míos y a quienes agradezco que quieran mucho a mis hijos y que me quieran a mí. A mis nietos
comenzando por la mayor “Moca”, a mi champion “Ani”, a mi futbolista “Bubu”, a mi
voleibolista “Bibi”, y a los que hoy viven lejos en Boston: “Puli” preciosa, mi
“Tito” y la consentida de todos “Cata”, sin olvidar que en poco más de dos
meses, nacerá mi octavo nieto un varón.
Doy
gracias por haber podido reunirme con amigos, tíos y primos muchos de los
cuales hacía décadas que no veía y a quienes quiero mucho, en particular por mi tía Anita, mi prima Magdalena y mi primo Juan Carlos.
Doy gracias por mis
amigos, por mis compañeros de lucha que dentro y fuera de Cuba aportan su esfuerzo y su talento para buscar lograr
nuestro sueño de libertad y no quiero dejar de mencionar a José Manuel
Presol. Iliana Hernández, Pedro Acosta, Alexei Gámez, Joanna Columbié, Gretther
Yedra y como olvidar a Karla María Pérez González que después del acoso y las
injusticias que sufrió en Cuba, hoy está continuando sus estudios en Costa
Rica. Hay muchas personas más pero no puedo mencionarlos a todos.
Tengo
que incluir a mi guía, pastor y amigo, el padre Alberto Cutié y su esposa
Ruhama y, por supuesto, dar gracias a todos los que me leen en las redes sociales, mis
ciberamigos que se encuentran en el mundo entero, porque tengo buenos amigos en Estados Unidos, Europa, México, Guatemala, Venezuela, Colombia, etc., que me motivan a
seguir adelante con mis artículos y mi lucha.
A
todos, coman lo que coman, les deseo un Feliz Día de Acción de Gracias.
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