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Un pueblo, dos monedas y un sistema ineficiente y represivo. |
Cuba tiene miles de problemas, aunque todos los podríamos resumir en uno
solo: El castrismo. Todos los problemas de Cuba, tienen su origen en la ineficacia
del sistema castrista, que lejos de resolver problemas, todos los días crea uno
nuevo, y muchas veces aplica soluciones tan complicadas a los problemas, que
las soluciones acaban por convertirse en nuevos problemas.
El uso de la moneda, surge como una forma de resolver la dificultad de
las transacciones comerciales. Imagínense que yo quiero vender frijoles y
comprar mangos. ¿Cuántos frijoles tengo que dar para comprar diez mangos? Ese
tipo de transacción se llama “trueque”. Ahora, imagínense la complejidad de los
trueques con todos los productos que existen. La solución a ese problema fue tener un patrón
común que todos aceptaran como medio de intercambio. Ese medio de intercambio debía tener un valor
estable, poderse transportar fácilmente, almacenarse sin que se dañara,
etc.
El mundo utilizó muchísimos bienes como patrón común de intercambio.
Desde conchas de mar, hasta metales preciosos, pero la solución final se logró cuando se estableció el uso de la moneda. La moneda es un bien que funciona como
patrón para el intercambio de los demás bienes. Se puede transportar,
normalmente las monedas y los billetes puede durar mucho tiempo sin dañarse. Es
una buena solución, cuando tienen un valor estable, o sea, que su valor cambia
muy poco en el tiempo.
Cuando la moneda pierde valor, caemos en inflación y un ejemplo lo
tenemos en Venezuela, donde el Bolívar pierde continuamente valor y hacen falta
más Bolívares para comprar las cosas. ¿Quiere esto decir que los bienes suben de
precio?
Muchas personas lo perciben así, porque necesitan más pesos o más Bolívares
para comprar cualquier cosa. Pero, ¿Cuánto vale un mango? Un mango vale un
mango, como una hamburguesa vale una hamburguesa. Si necesito más dinero para comprar
los bienes, no es porque los bienes hayan subido de precio sino porque la
moneda se ha depreciado, vale menos, se ha devaluado.
Por eso es un mito cuando el gobierno acusa a los productores de que los
precios suban. En una economía libre, la oferta y la demanda fija los precios y
ese valor, si la economía es verdaderamente libre, no lo controlan ni los
productores ni el gobierno, sino el mercado. En cambio, siendo el gobierno el
encargado de acuñar monedas e imprimir billetes, es el responsable del valor
del dinero. Veamos porqué.
Siendo el dinero un medio de intercambio, para que su valor sea estable,
debe ser equivalente al valor de los bienes y servicios que se intercambian.
Para simplificar la explicación, voy a olvidarme de los miles de productos que
existen y voy a explicarlo con uno solo. Supongamos que ese producto son
mangos. Si se tienen 10 mangos y el gobierno imprime 10 pesos, como la moneda
equivale a la producción, cada mango vale un peso.
Pero si sigo teniendo 10 mangos y el gobierno imprime 20 Pesos, entonces
cada mango vale dos Pesos. ¿Aumentó de precio el mango? Por supuesto que no. Un mango sigue
valiendo un mango, pero como hay mas pesos de los que debiera haber, el peso vale
menos y se necesitan más para comprar un mango. Cuando el gobierno gasta mas de
lo que tiene, o sea, tiene un déficit, y ese déficit lo cubre imprimiendo moneda,
automáticamente hace que la moneda pierda valor y se devalúe y las personas ven
que se necesitan mas pesos para comprar las cosas, y como teóricamente el peso
debiera tener un valor estable, se percibe que los cosas cuestan más, o sea hay
inflación.
Durante el período especial, el gobierno cubano operó con déficit e
imprimió billetes para cubrirlo, entonces la moneda comenzó a perder valor y como
el valor del dólar era estable, hacían falta más pesos para comprar un dólar.
Así se llega al valor de 25 pesos por un dólar. Pero como el gobierno
necesitaba una moneda estable, en 1994 creo el CUC o peso “convertible” que en
teoría valía un dólar.
Como en Cuba, el gobierno tiene el control total de la economía, y no le
convenía que el peso cubano siguiera devaluándose y llegara a valer 1,500 pesos
por dólar o más, se dedicó a fijar arbitrariamente los precios de los bienes y
servicios. Esto se llama, reprimir la inflación, o sea, no es que la inflación
no exista, sino que la tengo reprimida al no permitir que los precios suban y entonces toda la economía se distorsiona.
Uno de los precios reprimidos, fue el de la mano de obra. Su precio, en
una economía libre, lo fija también la oferta y la demanda, pero su valor quedó
reprimido y por eso los cubanos tienen sueldos míseros. Pero entendámoslo bien, no es que la
hora-hombre de un cubano valga muy poco, sino que el gobierno tiene reprimido
su valor. Si ese valor se dejara libre, los cubanos ganarían más pero el
gobierno necesitaría más dinero para pagar los sueldos y la moneda se
devaluaría, todas las cosas subirían de valor y la inflación, hasta entonces
reprimida, se dispararía.
Las cuentas nacionales, y la contabilidad de las empresas de gobierno
utilizan pesos cubanos para algunas cosas y CUCs o divisas para otras. Esto le
añade una dimensión adicional al problema, ya que las empresas estatales, de
por sí ineficientes y deficitarias, si se elimina el CUC y se aplican los
valores reales, su déficit explotaría.
Por eso es tan difícil eliminar la doble moneda, porque implica realizar
dos cosas antagónicas: liberar precios y a la vez reprimirlos, usar una
contabilidad real, y a la vez no mostrar empresas quebradas. La solución fácil
sería eliminar los controles de precios y dejar a la oferta y la demanda
actuar, pero la inflación resultante generaría descontento social, protestas y
revueltas populares que podrían llevar al fin del castrismo o implicaría el uso
del aparato militar en una represión tan brutal que generaría miles de víctimas
y que provocaría que el mundo se volcara contra el régimen.
Mi explicación ha sido una explicación simplista del problema, pero es
real. Un economista usaría muchos términos económicos, pero llegaría a la misma
conclusión: La eliminación de la doble moneda es un problemón para el gobierno.
¿Podría el fin de la doble moneda, marcar el fin del castrismo?
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